10° Foro Social Panamazónico – Resistencia de los Pueblos

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Del 2002 a la actualidad los pueblos amazónicos de Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia, Venezuela, Guyana Francesa, Surinam y Guyana, se vienen reuniendo para visibilizar su realidad, articular sus organizaciones y una agenda de defensa de sus territorios.

Del 28 al 31 de julio del presente año, en el Estado de Pará, ciudad de Belém de Brasil se ha desarrollado el X FORO SOCIAL PANAMAZÓNICO (FOSPA), donde se compartieron experiencias de lucha de los pueblos por el bien común de la humanidad, por un mundo justo y solidario. Cada FOSPA es temático y se inició el 2002 dedicado a defensa de la vida, resistencias. Posteriormente sus ejes fueron resistencia al ALCA; mundialización de la Amazonía; derechos de pueblos originarios, ciudades sustentables, IRSA, Buen Vivir; Defensa de la tierras, comunicación, educación popular, debate sobre represas en la Amazonía; Capitalismo y economía verde; Agricultura familiar, democratizar medios de producción, cumplimiento de tratados internacionales; Economía Verde, educación, comunicación Mujeres – Jóvenes, carácter andino – amazónico. La más reciente experiencia tuvo como centro  los seres vivientes.

El 28 de julio del presente año, las delegaciones de los diferentes países se concentraron y marcharon por las calles de Belém al compás de los tambores, cantos y lemas por la defensa del territorio y los seres vivos; la Red Muqui estuvo presente conjuntamente con la delegación de Perú.

Se desarrollaron más de 260 actividades en los ambientes de la Universidad Federal de Pará,  entre las que destacaron presentaciones de resistencia de los pueblos, de las mujeres, de las luchas contra el patriarcado y la urgencia de acciones de todos los pueblos para la protección de la Amazonía. Este espacio de articulación de los pueblos amazónicos fue posible por el trabajo conjunto de diferentes organizaciones, entre ellas de la Federación de ONG de Órganos de Asistencia Social y Educativa (FASE).

El 30 de julio en el panel sobre “Amazonía: Territorio de resistencia frente a la minería”, promovido por FASE, Greenpeace, CEIBO, HIVOS y “todos los ojos en Amazonía”, Gladys Huamán de la Red Muqui, compartió sobre las acciones de resistencia que realizan los pueblos en el Perú, presentando los impactos de la minería en el suelo, agua, aire y la salud de las personas. Destacó que el modelo de minería a tajo abierto no solo afecta las fuentes de agua superficial sino también las subterráneas,  provoca desplazamiento forzado de la población. Además,  según el ministerio de salud hay más de diez millones de personas expuestas a metales tóxicos, pese a lo cual, los diferentes gobiernos promueven la inversión privada en la minería. Según sus proclamas buscan ser primeros productores de metales, para ello flexibilizan los trámites y los impactos ambientales no son considerados.  Galdys Huamán relató cómo los conflictos entre las comunidades y las empresas mineras son permanentes, y en los cuales el gobierno de turno responde con represión que deja heridos y muertos, criminalizando la protesta social.

Otro caso destacado fue la resistencia de las y los campesinos del Valle de Tambo (Arequipa) que desde el 2009 vienen enfrentando a la empresa y al Estado que pretende aprobar el desarrollo de los dos proyectos mineros La Tapada y Tía María. Emprendimientos que, de realizarse, afectarían a la agricultura que con sus productos sostiene el mercado local, regional y nacional. Es uno de los primeros casos en la que la población organizada y en alianza con otros actores locales han realizado la consulta popular, cuyo resultado arroja que más del 98% de la población desaprueba la minería. También es un caso emblemático de cómo defensores y defensoras de derechos vienen enfrentando largos procesos legales resultado de su resistencia.

En otros lugares del país donde la minería viene operando, los conflictos son por la contaminación de los recursos y la afectación a la salud de las poblaciones. Consecuencias que conllevan la exigencia de que las mineras tengan mayores controles y cumplan sus responsabilidades ante los impactos acumulativos. También se les exige mayores respuestas por sus impactos en las economías de todo el territorio. Finalmente esto ha abierto el escenario para discutir el modelo extractivo, revisar la Ley General de Minería, plantear una política de ordenamiento territorial y la protección de las nacientes de agua, entre otros.

Por su lado Alexandra Narváez del pueblo indígena A’i cofán de Sinangoe en la Amazonía Ecuatoriana resaltó las acciones colectivas que realizan. La galardonada con el Premio Ambiental Goldman 2022, por la defensa de su territorio frente a la minería ilegal expuso que lograron, con la participación de ella siendo la primera mujer guardia,  anular 52 concesiones, otorgadas por el gobierno sin el consentimiento de la comunidad Cofán, cuyos territorios colindan con el Parque Nacional Cayambe-Coca. También participó en el panel el cacique Valdemar Poxo, Cacique da Aldeia Poxo Muybu – TI Sawre MuyBu (Tapajós), Brasil. El líder indígena denunció que vienen siendo amenazados por los taladores, pescadores y mineros ilegales. Enfrentan problemas de contaminación de su principal río Tapajós, sustento de sus formas de vida y cuya extinción amenaza su propia existencia.

El FOSPA culminó con la DECLARACIÓN PANAMAZÓNICA DE BELÉM, de la que destacamos:

“Actualmente, la Amazonía está en su peor momento, devastada por los gobiernos, para los cuales la naturaleza es una mercancía, y los derechos de las personas no tienen validez. Hasta la fecha ningún gobierno ha garantizado el pleno ejercicio de los derechos de los pueblos amazónicos en defensa de la Madre Naturaleza. Ante esta situación, es necesario hacer un llamado a los movimientos sociales para apelar a la creatividad, aprender de sus errores y seguir luchando”

Las propuestas de políticas a las que arribaron son fundamentales y queda en cada organización y participante para que puedan concretizarse. Destacamos las siguientes:

  • Exigimos un modelo político, social y económico que priorice la integridad de nuestra casa común, que reconozca y respete los territorios y el pleno ejercicio de los derechos de los pueblos amazónicos y los derechos de la naturaleza.
  • Recuperar, valorar y proteger los saberes de hombres y mujeres y las formas ancestrales de organización de nuestros pueblos para el cuidado y manejo del agua, la protección de sus territorios, que incluyen nuestros ríos, limpios y libres de megaproyectos.
  • Nuestras alternativas por una tierra sin males son la producción agrícola y forestal diversificada en armonía con la naturaleza, la agrosilvicultura, la agroecología, los proyectos de producción y consumo local, el manejo comunitario del territorio y las áreas comunes, el uso de semillas nativas, el ecoturismo comunitario, de energías alternativas, el cuidado y la gestión integrada y participativa de cuencas hidrográficas y biorregiones, y muchas otras iniciativas centradas en la vida y no en la mercantilización de la naturaleza.
  • Instamos a los gobiernos de los países panamazónicos a poner en práctica sus discursos contra la crisis climática y los derechos de la Madre Tierra, con medidas reales contra la deforestación, la degradación y el aumento de emisiones, y no con el maquillaje de las llamadas economías verdes. Exigimos que cumplan y refuercen sus compromisos internacionales.
  • Promover el ejercicio del autogobierno y la libre determinación de los pueblos indígenas, negros, quilombolas, campesinos y ribereños para permitir el ejercicio de la gestión pública con base en su propia visión, normas y procedimientos; para ello es necesario, entre otras cosas, implementar mecanismos adecuados a las nuevas formas de planificación que garanticen sus modos de vida, respetando sus cosmovisiones. Sin autogestión territorial de los pueblos, no hay futuro para la Amazonía, ni para el mundo. Exigir el pleno cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (eg Caso Surinam 2015). Exigimos también la autodeterminación de la Guayana Francesa; nuestra cuenca amazónica no estará completa hasta que logremos su descolonización.
  • Rechazamos las políticas públicas extractivas gubernamentales que atentan contra la vida y la naturaleza. Exigimos que se firme, ratifique, respete e implemente el derecho a la consulta libre, previa e informada, incluido el derecho de veto por objeción de conciencia cultural en el marco de la libre determinación de los pueblos, y exigimos que los hidrocarburos se mantengan bajo tierra y que la Amazonía esté libre de minería.
  • Exigir a los gobiernos la plena propiedad y garantía jurídica de los territorios de los pueblos y comunidades, incluido el subsuelo, para que tengan protección permanente contra la extracción de minerales, para que no atenten contra nuestra madre tierra, a fin de garantizar el bienestar de seres humanos y de todas las formas de vida y espíritus.