El Centro para el desarrollo de los pueblos – Ayllu CEDEP AYLLU, institución miembro de Red Muqui, desarrolla sus actividades en el sector rural de Cusco impulsando modelos alternativos de buen vivir, principalmente vinculadas al sector agrario.

La humanidad está atravesando una profunda crisis con la presencia del COVID-19 y uno de los sectores más vulnerables en el Perú es el agropecuario y principalmente la pequeña agricultura. Compartimos la entrevista de Gloria Velasco Jauregui al responsable de proyectos Ing. Andrés Loaiza Fernández, sobre las propuestas avanzadas con las comunidades campesinas.

¿Cuál es su opinión sobre el sector agrario en este contexto de pandemia por COVID 19?

Haciendo un análisis de las condiciones actuales de la actividad rural, podemos mencionar que en los últimos diez años se han visto grandes cambios y uno de ellos es que la actividad agropecuaria no es la única que dinamiza el desarrollo de las comunidades campesinas.  Se ha diversificado la economía con la incorporación del turismo, trabajos remunerados, esporádicos y/o informales (minería, construcción, etc.) y la articulación a los mercados; los cuales son actividades que se mueven de acuerdo a las coyunturas.

En el contexto de Pandemia, todas las actividades económicas en nuestro país están paralizadas pero la producción en campo no puede parar; porque el calendario agrícola no espera, la temporada de siembra y cosecha no puede modificarse y las familias productoras siguen trabajando en sus pequeñas parcelas, más aún cuando todas sus otras actividades económicas no están activas. Desde esta perspectiva el papel de las comunidades campesinas para la seguridad alimentaria es fundamental. Sin embargo, el estado de aislamiento en el que nos encontramos puede dificultar el acceso a insumos; como semillas de calidad, para poder producir y responder a las necesidades propias de cada comunidad.

En respuesta a estos escenarios que se avizoran, se está impulsando acciones para que las familias comuneras sean las que produzcan sus propias semillas, adaptables a los diferentes pisos ecológicos y la recuperación de prácticas ancestrales, porque consideramos que es importante seguir fortaleciendo estas capacidades que permiten afrontar contextos adversos de manera saludable y en armonía con el ecosistema.

En el caso de los cultivos tradicionales andinos; las comunidades campesinas tienen una gran ventaja porque conocen y manejan los germoplasmas de papa, quinua, tarwi, oca, lizas y granos andinos como kiwicha que cuentan con un aporte nutricional alto. Desde el CEDEP Ayllu hemos estado reintroduciendo algunas variedades de papas nativas que estaban en el olvido, ahora se cuenta con “semillas refrescadas” que permitirá a las familias ser “criadores de vida” y junto a los conocimientos y saberes ancestrales para manejar estos cultivos podrán enfrentar los retos venideros.

Otro elemento indispensable para analizar la situación es el cambio climático y como afecta al sector rural. Para enfrentarlo desde el CEDEP Ayllu hemos estado impulsando la “siembra y cosecha de agua” práctica que permite un manejo respetuoso del ecosistema y contribuye a la disponibilidad de agua, tan indispensable para la vida y el desarrollo de todos los seres vivos. Es preciso que las entidades del Estado tomen en cuenta las experiencias desarrolladas por las comunidades campesinas en el buen manejo de los ecosistemas, por ello considero que aparte dar paliativos como los bonos, el Estado debe invertir en trabajos como estos.

El rol del Estado en el sector rural andino, debe estar fuertemente vinculado a promover el Ordenamiento del Territorio Comunal, lo que permitiría utilizar de mejor manera los recursos comunales, fomentando alternativas colectivas de hacer agricultura, valorando el rol de la autoridad comunal, lo cual ha permitido a las Comunidades subsistir y trascender en el tiempo como instancia de organización, control y gobierno efectivo del territorio en contextos adversos y desarticulados, muchas veces violentados y olvidados. Hoy más que nunca se vuelve vigente el modelo comunal, solidario y reciproco. “Ayni”

¿Qué acciones deben tomar las comunidades campesinas y principalmente la pequeña agricultura para adecuarse a este contexto?

En esta adversidad las comunidades campesinas pueden demostrar esa capacidad que les permitió subsistir a todos los embates durante más de 500 años donde desafiaron grandes problemas políticos, ambientales, climáticos a las cuales las comunidades han enfrentado como sociedades recilientes respondiendo de manera oportuna a los avatares con una adecuada organización y gestión de sus recursos, capitalizando sus conocimientos ancestrales y la capacidad de leer los ecosistemas.

Las comunidades deben aprovechar este gran capital social y organizativo, el potencial genético agrícola, el adecuado uso de sus zonas de producción (zonas de riego, zonas de secano, laymes etc) donde pueden producir todas las especies cultivares para asegurar su alimentación y aprovisionar a los mercados

Desde el CEDEP Ayllu consideramos que es necesario incorporar nuevas tecnologías a la par de seguir recuperando todo el legado histórico de los saberes ancestrales andinos.

 

Con la presencia de los retornantes (personas de las comunidades que Vivian en las ciudades que están regresando

en este contexto por que se quedaron sin trabajo) habrá mayor cantidad de colaboradores que permitir trabajar las tierras de laymes y muyus que han estado abandonadas por falta de mano de obra y la migración que las comunidades han vivido durante los últimos años.

Algunas reflexiones finales

Este estado de aislamiento social obligatorio es un momento de reflexión para valorar lo que somos y los bienes con los que contamos, nos permite ver las oportunidades que se nos presentan.  Es una oportunidad para que las grandes zonas urbanas reconozcan que el valor de la agricultura familiar en el Perú y como siempre aporto a todo a la seguridad alimentaria, respetando a nuestra Pachamama, a nuestra madre tierra que nos da la vida

Necesitamos cambiar no solamente en la gestión de los recursos para sobrevivir como especie, necesitamos hacer un cambio interior, como personas, en nuestras familias en nuestras formas de relacionarnos con nuestros hijos y seres queridos, volver a lo esencial y poner el justo valor a las cosas.

Estos cambios incluyen el respeto y tolerancia a los que piensan distinto, a las mujeres, a los pueblos originarios y los grupos minoritarios. Debemos permitir que las voces de todos y todas puedan ser escuchadas y tomadas en cuenta para probar otras formas de construir nuestro mundo.

 

Por: Jaime Borda / Secretario Ejecutivo de la Red Muqui.

 

La semana pasada fue aprobada la Resolución Ministerial 111-2020-MINEM/DM, sobre el “Protocolo para la implementación de medidas de prevención y respuesta frente al COVID – 19 en el marco de las acciones del traslado de personal de las Unidades Mineras y Unidades de Producción”[1]. Al parecer el gobierno ya habría decidido que la minería es uno de los sectores que van a retomar sus acticidades productivas, aunque en la practica la minería, durante la emergencia sanitaria, sí ha venido operando con cierta normalidad en varias regiones del país, lo que ha desencadenado trabajadores contagiados por el virus en varios proyectos mineros.[2]

Volviendo al tema del protocolo sanitario del Covid 19 para el sector minero, como era previsible, tiene varios vacíos, pero quiza el más grave es que no obliga a las empresas mineras a realizar examenes de descarte del Covid-19 a los trabajadores. De esta manera se terminan vulnerando los derechos de los trabajadores porque se pone en riesgo la salud y la vida de ellos mismos y de sus familias, ya sea para los que salen e ingresan a los campamentos mineros. Lo más grave del asunto es que los trabajadores mineros no han participado en la discusión de la elaboración del protocolo. Nunca fueron consultados. De otro lado la norma del protocolo no fue emitida por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, ya que esta es la institución rectora en materia de salud ocupacional. Algo que hemos llamado la atención desde la Red Muqui pronunciándonos y enviando una carta al Ministerio de Justicia con nuestras observaciones al Protocolo aprobado.

Lo contradictorio, en relacion al tema del protocolo para el sector minero es que, por un lado, el gobierno, a traves del Ministerio de Energia y Minas, emite una serie de “normas favorables” para la actividad minera y, por otro lado, el presidente Martin Vizcarra señala que no es así. En su última visita a Moquegua el presidente ha señalado que las empresas deberan realizar pruebas rapidas: “Definitivamente, una vez que se recuperemos el inicio de las actividades económicas productivas uno de los requisitos, para que las empresas puedan hacer su trabajo, será que deban hacer un control permanente a sus trabajadores a través de estas pruebas” y, concluye, que se deben proteger a los trabajadores. Lamentablemente, el gobierno, en la práctica, ha desprotegido a los trabajadores en el sector minero y a las comunidades aleñadas, emitiendo normas que no toman en cuenta los derechos laborales y humanos, priorizando solo el aspecto económico.

Finalmente, un tema que no queremos dejar pasar por alto es la declaración del “Dia internacional de la Tierra”. Estamos en un momento más que propicio para repensar en medio de la pandemia del Covid-19 sobre lo que estamos haciendo con nuestra madre tierra; la pachamama, la casa común que nos cobija y nos provee de alimento. La explotación desmesurada y sin control de nuestros recursos naturales ya ha generado profundos cambios en los ecosistemas de la naturaleza; si no cambiamos ahora, la Tierra puede presincidir facilmente de nosotros, como ya lo hizo en el pasado.

 

[1] “En cumplimiento de lo dispuesto en el numeral 3.11 del artículo 3 del Decreto Supremo N° 051-2020-PCM, incorporado por Decreto Supremo N° 068-2020-PCM”

[2] https://muqui.org/noticias/cronologia-que-ha-pasado-en-35-dias-de-coronavirus-en-el-sector-minero-en-el-peru/

El presidente de la República, Martín Vizcarra, anunció ayer a la prensa en Moquegua, martes 21 de abril, donde se encontraba encabezando una reunión del comando COVID-19, que se deben hacer ajustes en las disposiciones del gobierno para la protección de los trabajadores en el marco de la reactivación económica que se avecina en el país.

«Definitivamente, una vez que se recuperemos el inicio de las actividades económicas productivas: uno de los requisitos, para que las empresa puedan hacer su trabajo, será que deban hacer un control permanente a sus trabajadores a través de estas pruebas”, señaló el presidente.

Agregó, “Entonces, si alguna actividad quiere retomar sus trabajos, va a tener como requisito tomar estas pruebas para ir cuidando progresivamente y de manera frecuente a su personal”.

Protocolo del MINEM no establece pruebas obligatorias de Covid-19

Sin embargo, no obstante a las declaraciones del presidente Vizcarra; la semana pasada, el 15 de abril, el Ministerio de Energía y Minas emitió la Resolución Ministerial N° 111-2020-MINEM, que aprueba el  “Protocolo para la implementación de las medidas de prevención y respuesta frente al Covid-19 en el que marco de acciones de traslado del personal de las unidades mineras y las unidades de producción”; y, este Protocolo, no establece lo más importante de las medidas dispuestas: pruebas obligatorias de descarte de Covid-19 para los trabajadores mineros que son trasladados a sus centros de trabajo.

Frente a ello, en el actual contexto que se vive en el país por la crisis sanitaria originada por el brote de Covid-19, se viene teniendo un gran impacto sobre los derechos humanos de los trabajadores mineros, las comunidades y poblaciones; ya que el sector minero es uno de los rubros económicos que no ha parado sus actividades durante este estado de emergencia nacional. A la fecha, ya van 10 casos de trabajadores mineros con Covid-19.

Protocolo  vulnera derechos humanos

Desde la Red Muqui señalamos que en esta situación excepcional que vive nuestra sociedad el Estado debe garantizar la protección integral de los derechos humanos de todos por igual; sin embargo, consideramos que la Resolución Ministerial N° 111-2020-MINEM, vulnera los derechos humanos básicamente por tres razones:

  • Normas de Estado de Emergencia Nacional (EEN) no puede vulnerar defensa de derechos laborales y sindicales.
  • El protocolo no se adapta al estándar de protección del derecho a la salud en contexto de COVID-19
  • El protocolo no contempla protección de derechos de Pueblos Indígenas

Los principales temas que llaman la atención, es que esta norma fue aprobada por el Ministerio de Energía y Minas cuando por su naturaleza correspondía ser emitida desde el Ministerio de Salud y con participación del Ministerio de Trabajo y Promoción del empleo; no obstante, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) le dio esta potestad exclusiva al MINEM. Por otro lado, además de que el protocolo no establece que las empresas apliquen de manera obligatoria la prueba rápida para descarte de COVID-19; tampoco establece la delimitación de obligaciones entre las empresas mineras y las empresas subcontratistas de fuerza laboral. Tampoco establece disposiciones para evaluar el impacto del traslado de trabajadores mineros en territorio indígenas y de comunidades campesinas.

Presentación de observaciones al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

Frente a estos hechos, desde Red Muqui hemos presentado un documento de observaciones de la resolución a Federico Chunga Fiestas, coordinador general del Plan Nacional de Acción sobre Empresas y Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; por estar directamente vinculado al desarrollo de insumos para la elaboración del Diagnóstico y Línea Base del PNA sobre Empresas y Derechos Humanos.

Es necesario que lo declarado por el presidente de la República se condiga con la realidad y el Protocolo de traslado de personal minero sea modificado y las empresas adquieran y realicen las pruebas de descarte de Covid-19 en convenio con los centros de salud donde operan sus actividades.

Observaciones al Protocolo de traslado de trabajadores mineros en contexto de Covid-19 aprobado por El Minem

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Desde que el presidente Vizcarra decretó el Estado de Emergencia a partir de las 00:00 horas del 16 de marzo, del presente año, para que los peruanos realicen una cuarentena obligatoria que ayude a frenar la expansión del virus Covid_19 entre las personas; han ocurridos una serie de hechos en el sector minero que han desencadenado que, a la fecha, 21 de abril, tengamos ya 10 casos de Covid_19 entre trabajadores mineros y un policía que brindaba seguridad al campamento minero de Antamina en Ancash.

Entérate de todo lo ocurrido en esta gráfica.


Línea de tiempo MINERIA de PrensaMuqui

Actualizado a las 8pm del 20 de abril

El día de ayer en la noche, domingo 19 de abril, algunos medios periodísticos de Pasco empezaron a difundir la noticia sobre un trabajador minero vinculado a la empresa Nexa Resources que dio resultado positivo a Covid_19 en el centro de salud del distrito de Yarusyacán, perteneciente a la provincia de Cerro de Pasco.

Para confirmar la noticia, desde Red Muqui nos comunicamos con el contacto que la empresa minera ha estado brindando a los medios de comunicación interesados en el caso: la consultora en comunicaciones de Nexa, Newlink; que nos envió el comunicado de la empresa minera Nexa Resources a nuestro correo institucional. Comunicado que precisa algunos detalles de las acciones de la empresa minera frente a lo ocurrido con el trabajador. Nexa Resources es una empresa que explota más de 50 mil toneladas de zinc al año normalmente.

Comunicado de la empresa Nexa Resources

La empresa minera Nexa Resources, a través de este comunicado, señala que el trabajador pertenece a la empresa contratista de la Unidad Minera El Porvenir, ubicada en el centro poblado de Milpo del distrito de Yarusyacán, a quien se le realizó la prueba rápida en un centro de salud local, luego de habérsele detectado algunos síntomas en el chequeo médico previo como parte de los protocolos internos que la empresa minera realiza.

La empresa minera agrega en el comunicado que, activando los protocolos de salud y seguridad, procedieron con la identificación de trabajadores que tuvieron contacto con el trabajador en el centro de salud donde le realizan las pruebas médicas al personal directo y de las empresas contratistas de Nexa.

En el comunicado recibido, la empresa precisa que las personas que han tenido contacto con el trabajador se encuentran actualmente en aislamiento domiciliario, al no haber ingresado a las instalaciones de campamento minero El Porvenir.

Nexa señala que aplica Protocolos

Nexa también señala en su comunicado que sus protocolos de salud y seguridad han sido verificados por las autoridades locales que, contrastando con la normativa del gobierno, contemplan las medidas aprobadas por el Ministerio de Energía y Minas en la resolución N° 111-2020 que establece el Protocolo de “Traslado de personal minero”.

Sin embargo, cabe resaltar, como ya lo hemos señalado anteriormente desde Red Muqui, que el protocolo de traslado de personal minero no establece las pruebas obligatorias de descarte de Covid_19, por lo que si hubieran trabajadores portadores del virus que no presentan síntomas, podrían generar una situación crítica de contagio a otros trabajadores y a los comuneros del centro poblado, debido a que la unidad minera está dentro de la comunidad, al que todos entran a través de un portón colocado y controlado por la empresa minera.

La empresa minera finaliza señalando que solo están realizando actividades ligadas a las operaciones críticas de la empresa, habiendo reducido la mano de obra en el campamento minero.

Comuneros protestan

No obstante, a lo que señala la posición oficial de la empresa minera; los comuneros están molestos porque la “empresa minera Nexa con la policía han hecho entrar a la prepo a buses de trabajadores de Lima, Cusco y Huancayo”, se escucha en la entrevista realizada por un medio de Pasco a comuneros de la zona el día de hoy en la mañana. “Pese a que nosotros, como pobladores, hemos formado nuestras juntas vecinales; han hecho entrar los buses amenazando a la población. No sabemos si les han hecho las pruebas rápidas y han entrado como 200 personas a trabajar ayer y hoy en la mañana”, manifiesta indignada una comunera.

Federación de Trabajadores Mineros denuncia

En twitter, la Federación Nacional de Trabajadores Mineros también se pronunció sobre la situación que se vive en la Unidad Minera El Porvenir, y denunció que los trabajadores se encuentran viviendo dentro en malas condiciones.

 

 

 

 

 

 

 

Contagiados de Covid_19 en Pasco

Hasta el día de ayer, la Dirección Regional de Salud de Pasco (DIRESA) informó que en la región existen 31 personas con Covid_19. 20 en la provincia de Pasco; 7 en Oxapampa; y 4 en la provincia de Daniel Alcides Carrión.

Los periodistas y pobladores de la región están preocupados porque la DIRESA solo se limita a dar información provincial de la cantidad de personas con Covid_19, pero no informa de que distritos son para que las diferentes autoridades y pobladores puedan tomar las previsiones del caso.

 

 

En la madrugada del día de hoy, jueves 16 de abril, aproximadamente a las 4am, 4 buses con 120 trabajadores mineros intentaron ingresar a la unidad minera El Porvenir de la empresa Nexa en el distrito de Yarusyacán, provincia de Pasco; pero fueron impedidos de hacerlo por la rápida reacción de los comuneros de San Juan de Milpo.

Los comuneros, preocupados por la expansión de la pandemia en su comunidad y la provincia, impidieron el pase de los buses, quienes tuvieron que volver de regreso a la ciudad de Cerro de Pasco. Ver video.

Los comuneros señalaron que, de los 4 buses, 2 eran de la empresa transporte Nacional, 2 de la empresa Martines de Lima y, además, habían otros vehículos pequeños que venían de Huánuco.

Los comuneros temen que, con la llegada de trabajadores provenientes de otras regiones del país, pueda trasladarse el virus del Covid_19 y multiplicarse el número de contagiados en la comunidad y el distrito de Yarusyacán. Agregaron que no dejarán ingresar a la comunidad a personas extrañas a la comunidad donde se ubica también la unidad minera de la empresa minera Nexa.

En la región de Pasco hasta la fecha hay 15 casos confirmados de Covid_19; 9 de esos casos corresponde a la provincia de Pasco donde se ubica la unidad minera señalada.

MINEM emite Protocolo para traslado de personal minero

El reciente martes 14 de abril, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) acaba de emitir la resolución N° 111-2020 y el protocolo que establece las medidas de “aplicación para los trabajadores y contratistas que laboran o prestan servicios en el subsector minero que se trasladarán hacia o desde las Unidades Mineras y Unidades de Producción”, en el marco de la autorización dispuesta por el gobierno anteriormente.

El Protocolo señala que las empresas deben seguir las siguientes condiciones, sea el traslado móvil por bus o avión: desinfección previa y posterior del medio de transporte, aforo máximo del 50% de capacidad, guardar distancia mínima de 1.5 metros entre el personal, hacer uso de alcohol gel y mascarillas para todo el personal, etc.

El Protocolo además agrega que las empresas mineras deben hacer una evaluación física de sus trabajadores, haciéndoles control de la temperatura, verificación de presentación de síntomas de Covid_19; interrogatorio respecto a si han tenido contacto con personas portadoras del virus o si han realizado viajes al exterior; y, finalmente, si la empresa “cuenta con pruebas rápidas o está en posibilidad de adquirirlas, debe realizarlas en aquellos trabajadores que presenten síntomas”.

Además de estas medidas, el personal debe llenar una declaración jurada que señale que no posee síntomas de Covid_19, que no tiene enfermedades crónicas, y que no ha tenido contacto con paciente con sospecha o diagnosticado con Covid_19.

El Protocolo finalmente establece que las unidades mineras deben tener medias de aislamiento temporal en sus campamentos por si se presenta el caso de trabajadores portadores de Covid_19.

Protocolo aprobado sin discusión

Desde la Red Muqui, y sus instituciones miembros, hemos señalado en nuestra editorial, que los protocolos para el desarrollo de las actividades mineras -que el gobierno ha anunciado que van a continuar funcionando a pesar de los casos registrados con Covid_19 en el sector- deben ser discutidos con la Federación Nacional de Trabajadores Mineros y con los representantes de las comunidades aledañas a los proyectos mineros. Sin embargo, el gobierno hace caso omiso a las denuncias y propuestas señaladas por las instituciones de la sociedad civil y de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros.

Hace más de una semana la empresa minera Antamina señaló que tenía pruebas de descarte de Covid_19 y luego señaló que no las tenía ante la protesta de los trabajadores. ¿Qué pasa si hay trabajadores portadores de Covid_19 que son asintomáticos? ¿No es un peligro para los demás trabajadores de los campamentos mineros y los choferes de los buses? ¿No es un riesgo para las comunidades aledañas?. Es un error que el Ministerio de Energía y Minas haya emitido este protocolo sin que se contemplen las pruebas de descarte de Covid_19  de manera obligatoria para todos los trabajadores que están siendo trasladados desde la ciudad hacia la unidad minera o viceversa.

 

 

Por José Carlos Zúñiga – Red Muqui

Por: Jaime Borda / Secretario Ejecutivo de la Red Muqui.

Durante la ultima semana hemos recibido denuncias de trabajadores mineros que se encuentran varados o sin poder salir de sus campamentos mineros. Esta vez su principal preocupación es que temen estar contagiados con el virus; por ello, han solicitado a sus empleadores que se les haga las pruebas rápidas de descarte del Covid-19 para volver a sus lugares de origen. Como se recuerda, el gobierno peruano a exceptuado a las empresas mineras del estado de emergencia permitiéndoles seguir laborando en operaciones remotas.

El caso de Antamina es el que más preocupación ha generado. La semana pasada se ha confirmado la existencia de 7 de trabajadores contagiados con el virus, inclusive algunos medios nacionales y familiares han denunciado que son muchos más los casos de contagios y que la empresa minera no atiende a sus pedidos de hacerles las pruebas rápidas. Al respecto, Antamina ha emitido un comunicado público señalando que han decidido realizar una “parada estratégica de seguridad” por las próximas dos semanas, y que esto lo hacen “para implementar mecanismos y protocolos de seguridad y de salud para sus trabajadores”. La empresa lamentablemente solo paraliza las operaciones por el pedido y reclamo de los mismos trabajadores, y porque probablemente el numero de contagiados debe ser mayor del que señalan.

Así como Antamina, hay una decena de empresas mineras que han sido denunciadas por sus trabajadores y por las comunidades aledañas por exponerlos al contagio del virus; son los casos de Las Bambas, Antapaccay, Cerro Verde, entre otros. La minería no debería ser una actividad esencial, tal como lo señala el gobierno peruano, ya que desde hace mucho tiempo recibe un trato preferencial en comparación con la actividad agropecuaria, por ejemplo. Por ello, llama la atención y preocupa lo que ha señalado en un comunicado Cooperacción, ya que el gobierno estaría trabajando con la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) “un protocolo para seguir operando en medio de la emergencia”.

Desde la Red Muqui creemos que no se puede elaborar un protocolo de trabajo para el sector minero sin la participación de los trabajadores mineros, que están organizados a través de la Federación Nacional De Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgico-Perú, ya que se han hecho publico múltiples denuncias en este sector a través de este gremio. Asimismo, creemos que se debería escuchar también la opinión de las comunidades afectadas por la minería en la elaboración de este protocolo y de cualquier otra medida que se quiera tomar. Lo contrario significaría que se pone en riesgo la salud y la vida de estas poblaciones.

El Centro Labor, miembro de la Red Muqui, con el apoyo de la institución Desarrollo y Paz de Canadá, realizaron la semana pasada una jornada de apoyo solidario a las familias afectadas por metales tóxicos que se encuentran en pobreza y extrema pobreza, que no han recibido canastas de los municipios distritales y tampoco el bono de 380 soles del gobierno central. Esta jornada se realizó la semana pasada en los distritos de Simón Bolivar, Yanacancha y Chaupimarca, pertenecientes a la provincia de Cerro de Pasco. Provincia que ha sido afectada ambientalmente por décadas de actividad minera, y que en la actualidad tiene presencia activa de las empresas mineras Volcan – en proceso de transferencia a la empresa Cerro de Pasco Resources-; el Brocal; y Nexa.

Doblemente afectados

Durante la visita del Centro Labor a las familias que identificaron en extrema pobreza se encuentra la familia de la señora Carmen Cristobal del distrito Simón Bolivar, quien señaló: “Yo estoy diagnosticada con plomo en mi organismo y mi hijo también. A la vuelta de la casa está el desmonte minero. Y actualmente no puedo trabajar por esta coyuntura del Covid_19 en la que no podemos salir y porque me encuentro enferma».

También se apoyó a la familia de Rusbel Templadera de la comunidad campesina de Quilacocha, quien se dedica al pastoreo de animales con su esposa. “No nos ha llegado el bono y tampoco podemos reclamar por el estado de emergencia”, manifestó.

La madre de familia Sonia Terrazos del AAHH José Carlos Mariátegui del distrito Simón Bolivar, también señaló que su hija y ella están afectadas por metales tóxicos en su cuerpo, con plomo en la sangre. «Encima no hay trabajo, y ahora estoy arriesgando la vida trabajando en una bodega».

 

 

Provincia afectada

El director de la institución Centro Labor de Pasco, Jaime Silva, nos manifestó que el agua que se consume en Cerro de Pasco “tiene metales pesados; el aire también lo tiene producto de los pasivos ambientales que se encuentran en la ciudad. El tajo abierto en la ciudad de Cerro de Pasco genera afectación al ambiente y al suelo por donde la gente transita”.

En Cerro de Pasco hay diversos estudios internacionales y por parte de CENSOPAS (Ministerio de Salud) que señalan que hay miles de afectados en la región. Si se tomaran muestras a la totalidad de habitantes de la provincia, quizá se encontraría que más de un 80% tiene metales pesados en su organismo.

Empresas mineras continúan trabajando

Durante estos días se ha tomado conocimiento que en el centro poblado de Corquijilca, del distrito de Tinllahuarco, provincia de Pasco, que hay trabajadores mineros en el campamento de la empresa Brocal que deben ser relevados al estar ya más de 30 días trabajando. La comunidad se opone a que ingreses nuevos trabajadores porque esto genera riesgo de contagio de Covid_19 en la comunidad y en el campamento minero. La mayoría de trabajadores de la empresa vienen de Lima, Arequipa, Cusco.

En la provincia de Cerro de Pasco continúan trabajando al 60% las empresas mineras Volcan – en proceso de transferencia a la empresa Cerro de Pasco Resources-; la empresa mencionada, Brocal; y Nexa, que antes era la empresa minera Milpo.

Por Gloria De Marino / Área Político-Legal de Red Muqui

Durante la actual fase de la pandemia global del COVID-19, caracterizada por diferentes medidas de restricción y limitación de las libertades personales en la mayoría de los países del mundo; las principales organizaciones internacionales se han expresado sobre los deberes de los Estados en relación al respeto de los derechos humanos, exponiendo varias recomendaciones. Considerando las múltiples preocupaciones que han caracterizado el contexto peruano y que vienen siendo documentadas por Red Muqui en las últimas semanas: respecto a las condiciones laborales de los trabajadores mineros (ambos formales e informales); al uso de la fuerza por parte de las Fuerzas Armadas; y a la vulnerabilidad de ciertos grupos de la sociedad, como los pueblos indígenas y las personas que viven en zonas contaminadas por metales pesados producto de la industria extractiva; se considera necesario revisar los últimos pronunciamientos de los organismos internacionales sobre el tema.

Para empezar, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) evidencia que los derechos humanos más afectados por la pandemia son el derecho a la vida y a la salud, el derecho al trabajo, a la seguridad social, a la educación, a la vivienda, al agua y a la alimentación. En este contexto de vulnerabilidad, especial atención debe ser puesta a las necesidades de los grupos históricamente excluidos o en especial riesgo, como las personas mayores, las mujeres, los pueblos indígenas, las personas LGBTI y las personas con discapacidad, entre otros. Además, hay que tomar en cuenta la dificultad de tomar medidas de prevención contra el virus en aquellos contextos de pobreza y pobreza extrema, especialmente cuando falta el acceso al agua potable, la seguridad alimentaria, una vivienda adecuada y un ingreso regular. Por lo tanto, las medidas adoptadas por los Estados para contener la propagación de la enfermedad deben incorporar no solo una adecuada asistencia sanitaria, sino el acceso a una correcta alimentación, a medios de limpieza, y el otorgamiento de apoyo económico para los individuos en más dificultad[1].

Fundamental es también el rol de las empresas, que deben adoptar “procesos de debida diligencia en materia de derechos humanos […], particularmente por los efectos que los contextos de pandemia y crisis sanitarias infecciosas suelen generar sobre los DESCA [derechos económicos, sociales, culturales y ambientales] de las poblaciones y grupos en mayor situación de vulnerabilidad y, en general, sobre las personas que trabajan, las personas con condiciones médicas sensibles y las comunidades locales”[2]. De acuerdo con este punto, las personas que siguen con sus actividades laborales deben poder contar con medidas de protección adecuadas a la emergencia.

Por otro lado, la Relatora Especial de la ONU sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, Agnes Callamard, se expresa sobre el uso de la fuerza policial y militar durante el estado de emergencia, declarado por muchos países frente a la pandemia. La Relatora Callamard subraya que el derecho a la vida no es derogable, y que los principios de legalidad, necesidad, proporción, precaución y no discriminación deben guiar las medidas del uso de la fuerza. Además, recuerda que el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía es ilegal bajo el derecho internacional, incluido durante el estado de emergencia. En otras palabras, el estado de emergencia puede legítimamente asignar más poder a la policía, pero esta opción nunca incluye el poder de tomar la vida de manera arbitraria. El aumento de la violencia policial durante el estado de emergencia, a nivel global, se ve generalmente dirigido hacia individuos y grupos que se encuentran constreñidos a romper la cuarentena y las restricciones a la movilidad personal por razones de necesidad y sobrevivencia, como es el caso de personas en pobreza y trabajadores de la calle, personas sin casa y migrantes. Por lo tanto, romper una restricción de libertad no puede ser una excusa para un excesivo uso de la fuerza por parte de la policía, y bajo ninguna circunstancia debería comportar el uso de fuerza letal. Finalmente, la Relatora Callamard recomienda que los Estados y la policía consideren y entiendan estas realidades[3].

Para concluir, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU destaca que es responsabilidad de los Estados prevenir y mitigar los múltiples impactos de la pandemia, actuando en el marco de los derechos humanos, con una atención especial hacia los grupos más vulnerables de la sociedad[4].

Considerando que los impactos de la pandemia se cuentan, en primer lugar, en términos de vidas humanas afectadas a nivel de salud, el derecho a la vida y el bienestar de la persona deberían representar la prioridad por los Estados. Un segundo nivel de afectación abarca las consecuencias sociales, culturales y económicas de la pandemia y de la cuarantena. Unos ejemplos son el aumento de la violencia domestica contra mujeres, niños y niñas; el incremento de los casos de racismo y xenofobia dirigidos a particulares grupos, como migrantes y estranjeros; y la dificultad económica vivida en casos de interrupción de ingreso. Todos estos elementos concurren a crear un escenario complejo de riesgos para los derechos humanos, y al mismo tiempo un desafío por los Estados.

 

 

 

[1] Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Pandemia y Derechos Humanos en las Américas, https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/Resolucion-1-20-es.pdf

[2] Ibid. p. 12.

[3] Human Rights Dispatch No. 1 https://www.ohchr.org/Documents/Issues/Executions/HumanRightsDispatch1.pdf

[4] Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ONU https://www.ohchr.org/en/hrbodies/cescr/pages/cescrindex.aspx

César Padilla / Observatorio de Conflictos Mineros en America Latina (OCMAL)

Abril 2020

Sin duda, la nueva situación que han tenido que enfrentar un sinnúmero de actividades económicas en los últimos meses han puesto de manifiesto una enorme falta de preparación para coordinar las acciones necesarias tendientes a proteger a la población de un invitado de piedra, la COVID 19.

La gran minería siempre se ha jactado del número de empleos que proporciona y con ello ha intentado legitimar una actividad tan lucrativa como destructiva.

Mas allá del hecho que la gran minería emplea relativamente poca gente comparada con otras actividades económicas, lo cierto es que esa masa de trabajadores mineros se mueve como rebaño desde las faenas a sus lugares de vivienda y viceversa.

También es cierto que esos desplazamientos generalmente desde y hacia lugares alejados, se realiza en masa, es decir cientos de trabajadores, en su mayoría hombres, se trasladan en buses hasta las ciudades mas cercanas y también muchas veces en avión a sus lugares de origen.

El empleo local es poco y lo que vemos es la instalación de tercerizados que ocupan los pueblos y localidades cercanas para desde allí, prestar servicios a la gran compañía minera. Son trabajadores mineros, pero ciertamente de segunda o tercera categoría pues no dependen de la planilla de sueldos de la empresa minera sino de intermediarios contratistas que son quienes tienen los contratos con la gran minera.

Estos dos grupos de trabajadores tienen ciertas características: trabajan en el entorno de las faenas mineras y tienen un contacto intensivo, tanto en los campamentos como en los medios de desplazamiento hacia la faena, en los comedores de los casinos, en los espacios abiertos y cerrados donde tienen que realizar las labores mineras.

También es imprescindible mencionar que la cadena extractiva de la minería requiere protocolos que no son de fácil alteración. La cadena extractiva es muy estricta en sus prodecimientos y muchos de ellos no pueden alterarse sin riesgo de que algo colapse en medio de tantas actuaciones humanas.

Cabe por otro lado señalar la sorpresa que han experimentado las poblaciones cercanas a las grandes faenas mineras al ver que los decretos de cuarentena y confinamiento afectaron a casi todas las actividades económicas excepto las mineras.

Ha sucedido en varios países de la región, bajo la presión de los gremios mineros con apoyo de los Estados, con el objetivo de sostener la actividad minera a modo de discriminación positiva para el bien del país.

Si bien es cierto, los precios de los minerales, exceptuando el oro, han descendido producto de la menor actividad que ha generado la emergencia sanitaria mundial, también es cierto que los stocks deberían soportar una menor producción, compensada con un menor consumo.

Pero la lógica minera ha funcionado siempre al revés: a menor precio de los minerales, mayor producción para compensar las pérdidas por precio. La OPEP, que intenta de manera articulada regular los precios del petróleo, hace exactamente lo contrario: reduce la producción para impulsar los precios.

Sólo se piensa en suspender actividades mineras cuando los costos de producción son mayores al precio de venta.

Esta parece ser la situación minera actual en la región. Las preocupaciones se dirigen a la productividad y comercialización en primer lugar y luego las otras prioridades, entre ellas la salud.

“Esta semana tomamos la decisión de contratar vuelos chárter y buses especiales para el traslado de nuestros trabajadores desde sus ciudades de origen, hasta llegar a las faenas. Con este transporte ida y vuelta, aseguramos que las medidas sanitarias se mantengan durante el trayecto completo”

Lo anterior suena al menos extraño. Con ciudades con cercos sanitarios que controlan a quienes ingresan y salen, con municipios con cuarentena total o parcial, con vuelos prácticamente suspendidos en su totalidad por la misma situación, la minería contrata vuelos chárter para distribuir a los trabajadores desde y hacia la mina.

Conociendo el comportamiento de la COVID 19 que entre sus características más particulares y al mismo tiempo más riesgosas tiene aquella que hace que el período de incubación sea de hasta 14 días, las mineras ponen énfasis en los desplazamientos de los trabajadores invirtiendo en buses y vuelos especiales para repartirles sin reparar en las probabilidades de contagio, tanto en las faenas como en los lugares de vivienda de los trabajadores.

Hemos visto también con asombro, cómo las empresas mineras en este caso se hacen cargo de decisiones que deben estar exclusivamente en manos de la autoridad y mejor aún, con apoyo de la población.

Es que la minería no sólo goza en la mayoría de los países de la región de un estatus especial, sino que tiene el poder de permear la autoridad e incidir en sus decisiones, desde criterios económicos, por sobre la salud, como ya mencionamos. (https://www.ocmal.org/ejecutivo-anade-la-mineria-en-actividades-permitidas-en-la-cuarentena-tras-reparos-de-la-confiep/)

Actividad de “utilidad pública” y con eso, lo que venga será tratado con la misma deferencia. Mientras tanto sabemos que lo que algún día pudo haber sido considerado de “utilidad pública” ya ha dejado de ser hace tiempo.

Si observamos el aporte fiscal que realiza la minería en América Latina vemos que no sólo es muy restringido, sino que en muchos casos los Estados terminan subsidiando la actividad minera. (https://www.ocmal.org/subsidiando-a-las-empresas-mineras/)

Las medidas drásticas se toman cuando la sangre ha llegado al río como ha sido el caso de Panamá que a fuerza de comprobar contagios ha tenido que clausurar una actividad minera considerada importante y estratégica para alimentar el extractivismo. (https://www.business-humanrights.org/es/ordenan-suspender-proyecto-minero-panam%C3%A1-0)

Finalmente, vemos que la delicada situación de crisis sanitaria que viven los países de América Latina es muy bien aprovechada por el empresariado minero. Reparten elementos de protección a la población y donan equipamiento médico. Una forma de quedar bien en tiempos de crisis y de paso blanquear la imagen deteriorada que tiene el sector por las consecuencias ambientales y sociales por las afectaciones a las comunidades, las destrucciones de fuentes de agua, la contaminación con metales pesados y tantos otros ejemplos de desprecio por la vida y seguridad ecológica del planeta.

Por cierto, sus donativos no compensarán el enorme daño causado a comunidades y ecosistemas; por el contrario, agravarán su responsabilidad en el contagio en este delicado momento que viven las comunidades. Y todo ello con la aprobación de nuestros débiles Estados.