JUNÍN

El proyecto Toromocho es un yacimiento cuprífero y de molibdeno ubicado en el distrito de Morococha, provincia de Yauli, en el Departamento de Junín, en la sierra central de Perú. Constituye una de las inversiones mineras más grandes en la historia del Perú por un valor aproximado de US$ 6 billones. El proyecto ha implicado un proceso de reasentamiento poblacional que se ha caracterizado por vulnerar los derechos fundamentales de la población, tales como la salud, a la tranquilidad, a la propiedad, a la vivienda, al trabajo y a vivir y disfrutar de un medio ambiente sano, equilibrado y adecuado.      

El proyecto está localizado en un área que cuenta con una larga historia de operaciones mineras y que ha sido activamente explorada desde los años 50 por Cerro de Pasco Corporation, luego por Centromin y por Minera Perú Copper S.A. En el año 2008, el titular del proyecto pasó a ser Minera Chinalco Perú S.A. (Chinalco), propiedad de Aluminum Corporation of China Ltd. quien adquirió los derechos por 840 millones de dólares canadienses. La mina entró en producción en diciembre de 2013.

En la propiedad comunal, territorio y derecho a una vivienda digna. (La vulneración de derechos se encuentra asociada principalmente al reasentamiento de Morococha. 

Debido a que el área de emplazamiento del Proyecto Toromocho involucra el área urbana del poblado de Morococha, era necesario que éste fuera reubicado en un área apta fuera del alcance de cualquier infraestructura del proyecto minero. Sin embargo, el proceso de reasentamiento poblacional que inició en el 2012 y que, involucraba el desplazamiento de 5000 personas a un asentamiento a 10 kilómetros llamado Nueva Morococha. En la Morococha Antigua permanecen 25 familias, quienes se rehúsan a reasentarse en Nueva Morococha debido a problemas ambientales y socioeconómicos que presenta la nueva ubicación. La nueva ciudad es una zona altamente sísmica, con presencia de metales pesados por encima de los límites máximos permisibles, con riesgo a una posible ruptura del dique artesanal que contiene las aguas de la relavera Huascacocha, con la presencia de humedad en el subsuelo debido a la alta concentración de la napa freática. Estos problemas ocasionarían la posible licuación de suelos ante la ocurrencia de un evento sísmico, tal como lo señala el Informe N° 055-2011- VIVIENDA, denominado “Estudio para la Estimación de Riesgos de Desastre para la Zona de Carhuacoto (Nueva Morococha)”.

La Autoridad Nacional del Agua (Resol. Nº 092-2020-ANA), declaró en estado de emergencia los recursos hídricos en el distrito de Morococha – Junin, principalmente la laguna de Huacracocha, Churuca 1 y Churuca 2 ante el peligro inminente de riesgo de desborde que pondría en grave peligro a los pobladores de la Morococha Nueva, La Oroya y la cuenca del rio Mantaro. Es necesario brindar las acciones destinadas a disminuir el nivel de los cuerpos de agua por debajo del nivel crítico. 

Además, los habitantes de Nueva Morococha se sienten socialmente alienados y económicamente desempoderados. Las relaciones intracomunitarias se deterioraron debido a que algunos inquilinos y propietarios se enfrentaron unos contra otros. Mientras que algunos propietarios sintieron que fueron compensados ​​inadecuadamente y decidieron quedarse y negociar mejores ofertas, los inquilinos se mudaron a nuevas viviendas. Chinalco aprovechó la división entre estos dos grupos y enmarcó el proyecto como un ‘reasentamiento voluntario’. Mientras tanto, los primeros residentes reasentados a menudo eran tratados como traidores y sentían que eran discriminados en la nueva ciudad. Las interacciones comunales también disminuyeron porque la planificación espacial del reasentamiento hizo que la ciudad fuera menos dinámica y acogedora. Debido a la falta de oportunidades laborales y las escasas actividades económicas en Nueva Morococha, la emigración se convirtió en una solución común, lo que a su vez profundizó la alienación social.