Vizcarra elimina “Mesas de Diálogo” a través de un Decreto Supremo

Días después del Referéndum, este miércoles 12 de diciembre, el presidente de la República, Martín Vizcarra, a través de la Presidencia del Consejo de Ministros, acaba de emitir el DS N° 120-2018-PCM, que elimina las Mesas de Diálogo que se generaron entre el Estado y las comunidades, producto de la conflictividad social en diferentes lugares de nuestro país, para atender los reclamos que las comunidades han venido planteando a lo largo de los años en defensa de su territorio, a un ambiente sano, y de los derechos económicos, sociales y culturales que se ven afectados por las industrias extractivas como la minería.

El presente Decreto, señala el Gobierno, se emite en el marco del proceso de modernización del Poder Ejecutivo con el objetivo de extinguir las Comisiones, Comités, Grupos y Equipos de Trabajo, Consejos y Mesas de Diálogo de diversos sectores; 55 en total, de los espacios evaluados; entre ellos los relativos a Energía y Minas como la “Mesa de Diálogo Multisectorial para el desarrollo de la Provincia de Casma” con Resolución Ministerial N° 096-2013-PCM, y la “Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Cotabambas” con Resolución Ministerial N° 263-2015-PCM. Asimismo, los espacios generados con las comunidades amazónicas, víctimas de la contaminación petrolera, también fueron eliminados.

El Ejecutivo señala que en los casos en que se hayan creado Comités de Seguimiento para garantizar el cumplimiento de los compromisos asumidos, estos continuarán, como en el caso de la provincia de Cotabambas de la región Apurímac. Sin embargo, las comunidades de Cotabambas han venido exigiendo la reactivación de la Mesa de Diálogo desde fines del 2016 en que el gobierno la suspendió. En la provincia aún no se levanta el Estado de Emergencia que se ha renovado durante estos años; se mantiene el convenio de la empresa minera y la policía para resguardar sus intereses; la calidad y cantidad de agua sigue siendo perjudicial para la comunidad; y los impactos generados por los camiones de transporte de minerales que van por la carretera del corredor del sur, continúan.

La fundamentación del Decreto se basa en la necesidad de lograr mayor “eficiencia” en la utilización de los recursos del Estado, eliminando la duplicidad o superposición de las competencias y funciones. En el sector vinculado a la minería, las mesas que el Ejecutivo está eliminando son las referidas a las “Mesas de Diálogo para el Desarrollo….”. La eliminación de las Mesas de Diálogo no han sido de mutuo acuerdo entre las comunidades y el Poder Ejecutivo; es más, durante estos años ha sido visible que diversas protestas se han reanudado porque el Estado no cumplía con implementar los acuerdos arribados en las Mesas de Diálogo y porque el Estado desarrollaba una lógica de negociación con las comunidades para que el proyecto extractivo vaya sí o sí en sus territorios, generando diversos incentivos de obras de infraestructura y el mejoramiento de servicios públicos. Por estos motivos, el desarrollo de varias Mesas de Diálogo se ha extendido durante meses para llegar a acuerdos, sin contar con la fase de implementación.

Por ello, al parecer este Decreto se emite con el objetivo de que los procesos de diálogo se concentren en la fase de negociación. Con esto lo que se estaría haciendo es generar menos condiciones para un mejor diálogo para la prevención y resolución de conflictos.

Como ya se ha señalado por Red Muqui durante la campaña “Todo está amarrado”, el Estado Peruano no concibe el diálogo como política preventiva y reduce los procesos a una negociación y muchas veces imposición de las condiciones de desarrollo de los proyectos mineros. Bajo las lógicas de eficiencia, el diálogo es concebido como si fuese un costo operativo para las empresas, por lo cual busca reducirse. No se concibe en el diálogo que las comunidades puedan decir NO al desarrollo de actividades extractivas en sus territorios. Cabe recordar que en la reciente CADE, los grandes empresarios hicieron alusión a la “negociación como método para la resolución de conflictos con las comunidades y el Estado. Señalaron que en la negociación todos tienen que renunciar a “algo” para lograr acuerdos.

Nos preocupan este tipo de lógicas que son contrarias a la defensa de los derechos humanos, donde los procesos de diálogo son parte del derecho a la participación ciudadana en la toma de decisiones públicas, a la consulta previa y a la autonomía de las comunidades campesinas e indígenas. Desde Red Muqui señalamos que los derechos humanos no son negociables, son irrenunciables.

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