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Por: Jaime Borda / Secretario Ejecutivo de Red Muqui

 

Los recientes hechos ocurridos en la discoteca Thomas Restobar del distrito de Los Olivos (Lima) el pasado sábado 22 de agosto, donde fallecieron 13 personas, ha puesto nuevamente en evidencia las profundas fracturas sociales y culturales que tenemos como país. Si ya la pandemia de la Covid-19 había puesto en cuestión todo ello, los últimos hechos nos han llevado a discutir que la responsabilidad de estas trágicas muertes era exclusivamente de los asistentes a la fiesta, o responsabilizando solo a la negligente intervención policial y, como si no fuera poco, los medios de comunicación han añadido más leña al fuego señalando que los asistentes eran requisitoriados y que tenían Covid-19; es decir, que eran delincuentes e irresponsables. Las discusiones de las autoridades locales y nacionales, incluido la PNP, era por buscar responsables, nadie intentó preguntarse: ¿Cómo es que sucedió esta tragedia?, ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad?, ¿Qué cosas tenemos que corregir?, pero no, lo más fácil es voltear la pagina echándole la culpa a alguien o a unos cuántos.

 

Lo sucedido en los Olivos es un reflejo de lo que viene pasando en nuestro país, hemos entrado desde hace algún tiempo en una especie de piloto automático de sálvese quien pueda, los mensajes del presidente Vizcarra y del premier Martos ahora solo se centran en esperar la llegada de la vacuna, que cada uno debe cuidarse, sin tomar en cuenta que miles de peruanos se están quedado sin trabajo y sin un sustento económico diario. En ese sentido, los recientes datos de la pandemia a nivel global sobre el Perú son realmente alarmantes, oficialmente somos el primer país en el mundo con mayor tasa de mortalidad por la Covid-19: “los 28.000 fallecidos por coronavirus que registra Perú se traducen en una mortalidad de 85,8 muertes por cada 100.000 habitantes”, dejando en segundo lugar a Bélgica y Reino Unido respectivamente. Esta situación debe conminar al gobierno a implementar otras medidas; ya la Defensoría del Pueblo, la Iglesia Católica y otras organizaciones de la sociedad civil han señalado, por ejemplo, que se debe incluir la estrategia comunitaria de salud con presupuesto y articulación incluyendo realmente a todas las organizaciones sociales del país para resistir a la pandemia.

 

Finalmente, preocupa la situación de los trabajadores mineros ya que la semana pasada el Secretario General de la Federación de Trabajadores Mineros, el señor Jorge Juárez, ha señalado que la situación de los contagios en los trabajadores mineros no ha parado y ya suman más de 10 mil. Asimismo, señaló que se quiere silenciar a los sindicatos y a los trabajadores que denuncian estos abusos y que, inclusive, han empezado los despidos en varios proyectos mineros, y que en los próximos meses esto puede acrecentarse. Todo lo señalado por el señor Juárez dista mucho de lo que viene escribiendo y afirmando en algunos medios de comunicación el empresario minero Roque Benavides, quien insiste en que la minería debe ser el motor de la reactivación económica, cuando no son capaces de garantizar mínimamente la salud, seguridad y los derechos de sus propios trabajadores.

 

La agricultura familiar es la clave para erradicar el hambre y pandemia del Coranovirus

Por: Juan Edwin Alejandro Berrospi / Red Muqui

 

El surgimiento del nuevo brote de coronavirus (COVID-19), que ha sido declarado como pandemia, ha golpeado fuertemente a la economía global[1], y tiene inmovilizados a todo el mundo para detener su expansión mundial con cierre de fronteras, estados de emergencia, cuarentena y aislamiento social. En el Perú, el gobierno ha declarado el estado de emergencia por quince días y tiene paralizado la mayoría de las actividades económicas excepto las actividades extractivas como la minería[2] y la agroexportación;[3] ambos están exceptuados del alcance del decreto de emergencia. Indudablemente, el Covid_19, al igual que otros virus (gripe aviar H5N1, gripe porcina H1N1 y la enfermedad de la vaca loca). guardan relación con el sistema extractivista- agroexportador y de explotación de los recursos naturales como un negocio para concentrar la producción de alimentos y beneficiar a unos cuantos.

Los más vulnerables al Covid-19 son las mujeres, niños y ancianos del campo

En los últimos 30 años, las industrias extractivas en el Perú han entrado en una etapa de expansión minera que, junto a la agroexportación, han incrementado las desigualdades en las zonas rurales y están degradando a gran velocidad nuestra naturaleza con la ocupación de territorios, deforestación, contaminación ambiental, agotamiento de fuentes de agua y uso exagerado de agroquímicos. Incluso en estos tiempos de pandemias, la minería continúa operando con normalidad; poniendo en grave riesgo la salud de las familias y comunidades que trabajan la agricultura familiar, porque los trabajadores mineros provienen de las ciudades y pueden transmitir fácilmente el Covid-19, y los más vulnerables son las mujeres, niños y ancianos del campo que no tienen ni siquiera una mascarilla para protegerse de este virus.

La problemática de los productores agropecuarios

Con la construcción de los grandes proyectos de irrigación e hidroenergéticos destinados para la agroexportación (Majes Sihuas II, Olmos, Chavimochic, Alto Piura, entre otros), y proyectos mineros a gran escala, se está afectando a los territorios y recursos naturales donde trabajan miles de familias la agricultura familiar. El 15% del territorio nacional se encuentra concesionado para la minería, y las principales cuencas hidrográficas del país están sufriendo los graves impactos ambientales y sociales. Según el ministerio de Energía y Minas existen más de 8,448 pasivos ambientales que pone en peligro la producción de alimentos. Por lo tanto, como país deberíamos establecer políticas para evitar la degradación ambiental y proteger a la agricultura familiar, dado que los niveles de vida empezarán a declinar en el 2030 si no se toman las medidas inmediatas[4].

Por otro lado, la situación de pobreza y extrema pobreza de los pequeños agricultores se viene agudizando cada día. Por ejemplo, Cajamarca, que es una región eminentemente minera, es la más pobre del país (37.4 a 46.3% de la población afectada),[5] seguido de Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Pasco y Puno. El pequeño subsidio de 380 soles que viene otorgando el gobierno por la cuarentena del Covid-19 no les llegará a todas las familias de las comunidades y pueblos indígenas que trabajan la agricultura familiar. Simplemente porque el sistema de identificación de hogares en condición de pobreza y extrema pobreza es muy precario e insuficiente.

 

Importancia de la agricultura familiar para enfrentar el Covid-19

En esta crisis del Covid-19, la agricultura familiar ha jugado un rol fundamental en el abastecimiento de los mercados con el 70% de los alimentos orgánicos y de calidad para la alimentación de más de 30 millones de peruanos, incluso muchas familias continúan trabajando en sus chacras para garantizar la soberanía y seguridad alimentaria del país. Lamentablemente, continúa siendo el sector más excluido, invisibilizado y maltratado por el gobierno que no valora el gran esfuerzo que realiza para sostener la canasta familiar.

Ante esta situación, es urgente que se implemente la política de agricultura familiar garantizando el pleno derecho sobre la propiedad de las tierras comunales e impulsar el proceso de ordenamiento territorial con enfoque agroecológico para garantizar el trabajo de más de 2.3 millones de peruanos y peruanas que trabajan la agricultura familiar. Asimismo, se debe garantizar la disponibilidad permanente de agua para la producción de alimentos, conservación de ecosistemas y el rescate los conocimientos ancestrales de las comunidades campesinas y pueblos indígenas que históricamente han producido sus alimentos en sistemas agroecológicos.

Además, se requiere importantes recursos económicos y mayor presupuesto público para garantizar la producción de alimentos orgánicos y evitar pérdidas en sus cosechas por diversas situaciones críticas que vienen afrontando en esta emergencia del Covid-19. Seguramente, también, se suscitarán otros fenómenos naturales producto del cambio climático, que requerirán una atención inmediata del gobierno.

En estos tiempos de pandemia, y tras el inicio de la declaratoria de emergencia para contener la propagación del coronavirus (COVID-19), diversos mercados elevaron los precios de alimentos como el limón que llegó a costar hasta s/.10 el kilo y la arveja verde s/.3.73 (ver gráfico 2). El ingreso diario de alimentos al mercado mayorista de Lima se está reduciendo en un 13%, tal como lo registró el Ministerio de Agricultura con el ingreso de 6,573 toneladas de productos en promedio de los últimos cuatro martes,[6] y la tendencia al alza en el precio de los productos es inminente dada la situación precaria de los canales de comercialización (productor, acopiador, transportista, mayorista, distribuidor, minorista y consumidor).

 

Por ello, el gobierno debería trabajar en emitir normas que faciliten los canales de comercialización de sus productos para fortalecer los mercados locales y proteger a las familias que trabajan la agricultura familiar respetando sus modos de vida, sus costumbres, su territorio, sus comunidades y a sus pueblos indígenas. El Estado peruano debería asumir la responsabilidad como garante de derechos de proteger y atender las demandas de los pequeños agricultores.

 

 

[1] Instituto Peruano de Economía – IPE – 2020

[2] El Ministerio de Economía y Finanzas, mediante Oficio N° 059-2020-EF/10.01 del 17 de marzo de 2020, otorgó conformidad a la propuesta que incluye en la relación de actividades exceptuadas previstas en el literal l) del numeral 4.1 del artículo 4 del Decreto Supremo N° 044-2020-PCM al sub sector minero, a fin de garantizar el sostenimiento de operaciones críticas con el personal mínimo indispensable, en condiciones de seguridad, salud y ambiente

[3] Sergio Castillo Gerente General de la Asociaciones de productores de Cítricos del Perú, señala que no hay interrupción en el proceso productivo y las operaciones de importación y exportación de mercancías no se encuentran restringidas ni limitadas, así como insumos como pesticidas o sustratos. Marzo 2020

[4] Fondo mundial para la Naturaleza – WWF

[5] Instituto de Estadística e informática – INEI, Evolución de pobreza monetaria 2007 – 2018

[6] Sistema de Información de abastecimiento y precios del Ministerio de Agricultura – Minagri 24 marzo 2020.