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NODO PERÚ – RED LATINOAMERICANA IGLESIAS Y MINERÍA[1]

“Necesitamos un cambio de paradigma en todas nuestras actividades económicas, incluida la minería[2]

La actividad minera abarca en concesiones el 14% del territorio nacional, y ha aportado en los últimos años el 9% del PBI y un porcentaje importante de las exportaciones, siendo por decisión política cimiento importante de la economía en el Perú, en base a los precios de los minerales a nivel internacional.

Sin embargo, también en éstos años ha sido la minería la generadora de la mayor cantidad de conflictos sociales, representando el 65% de los conflictos socio ambientales en el país, los que en particular afectan a las comunidades campesinas de nuestra región andina y costera, cuyos territorios han sido concesionados en un 35% para la actividad minera.

La imposición de decisiones sobre actividad minera en el Perú, sin mecanismos adecuados de participación ciudadana y consulta previa a nuestros pueblos originarios, ni una institucionalidad sólida que garantice aprobación rigurosa de estudios ambientales ni una fiscalización adecuada de las operaciones, han generado en su mayor parte los conflictos socio ambientales, que son abordados por el Estado con procesos de “dialogo” que buscan facilitar las actividades antes de “escuchar”, o que generan acuerdos que no son cumplidos, propiciando la indignación de la personas que no encuentran como canalizar sus demandas, y ante sus justas protestas encuentran la represión y la criminalización de la protesta social.

Según la Mesa Técnica de “Políticas de Atención y Prevención Integral de Salud de afectados por metales tóxicos asociados a minería e hidrocarburos”[3], más de 7 mil personas se encuentran contaminadas por metales tóxicos en nuestro país, en particular por los pasivos ambientales mineros generados por las operaciones que vienen afectando agua, aire y suelos, contaminando además la producción actividades económicas fundamentales para nuestra alimentación, como la agricultura familiar.

Nuestras Iglesias no son ajenas “al mirar a través de los ojos de los pobres y de los que sufren”, como citan los Obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y “llama a las Iglesias y a la sociedad a escuchar el clamor de la gente que sufre y las heridas causadas a la naturaleza misma, sobre-consumida y sub valorizada por la economía global actual”, “que permite un sistema económico injusto defendido y protegido mediante la fuerza política y militar.[4]”.

Al respecto la Confesión de Accra de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas incide en que “El interés codicioso de explotar la Madre Tierra hasta la última gota lleva a transformar drásticamente los paisajes, talando bosques, desviando ríos, trazando carreteras, destruyendo la capa vegetal, y en fin, generando una serie de impactos que merecen ser sometidos a evaluación desde el punto de vista ético y moral en diálogo con las ciencias”[5].

Es por ello que nuestras Iglesias se han unido al llamado de la Red Latinoamericana Iglesias y Minería para conformar un Nodo Perú, con el fin de “reflexionar, compartir, celebrar y generar caminos que nos permitan, en fidelidad al evangelio de Jesucristo, acompañar a los pueblos que se sienten amenazados y condenados a la destrucción de sus medios de vida y a la negación de un futuro digno, en abierta contradicción y tensión del proyecto de vida proclamado por la visión cristiana del mundo”.

Hombres y mujeres de fe, Obispos, Presbíteros, diáconos, pastores/as, consagrados/as, laicos/as, equipos de pastoral, comunidades religiosas, grupos de reflexión teológica, centros de evangelización, conformamos éste esfuerzo de articulación con un desafío común: responder a los impactos y violaciones de los derechos socio ambientales provocados por las empresas mineras, nuestros Estados y los Estados de origen de las empresas, en los territorios donde vivimos y trabajamos.

Es fundamental para nuestro objetivo el recuperar la mirada de Jesucristo, que contempla todo lo creado con “una mirada integral e integradora de todos los aspectos[6]” que reconoce a la personas como parte integrante de la naturaleza, “esa es la perspectiva de la ecología integral a la que Papa Francisco nos convoca en la Encíclica Laudato Sí, invitándonos a tener los mismos sentimientos de Jesucristo”[7].

Cuestionamos el papel que hoy en día juega la llamada “teología de la prosperidad”, que impone la idea de que hay que aprovechar los recursos naturales que tenemos, para lograr el bienestar financiero y físico a través de la riqueza material propia, afianzando la economía de mercado. Una perspectiva antropocéntrica de la “felicidad”, que genera un grave impacto en la búsqueda del bien común, que plantea la Doctrina Social de la Iglesia, y que nos encamina hacia la autodestrucción de nuestra “casa común”. La crisis ecológica que vivimos, nos exige, “un llamado a una profunda conversión interior[8]”, que exige una verdadera “conversión ecológica” de nuestras propias Iglesias que se han distanciado del proyecto creador de Dios, para impulsar un cambio de paradigmas, un nueva forma de vida, rescatar la esencia del “ser cristiano hoy” como “signo de contradicción”.

“La integridad de nuestra fe corre peligro si guardamos silencio o nos negamos a actuar frente a sistema actual de globalización económica neoliberal”[9], nos dice la Confesión de Accra.

Consideramos que un rol central en la “conversión de la iglesia” y de lograr una iglesia “en salida” está en las generaciones, es decir en las y los jóvenes. ” Por eso los temas de las generaciones, de sus relaciones y de la promoción de los jóvenes no es accesorio sino central en la revelación. Si la Iglesia no lo hubiera tenido en cuenta, la fe no habría llegado a ninguno de nosotros”[10].

Finalmente, como ha expresado Papa Francisco a los Movimientos Populares en Bolivia, “el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción éste proceso de cambio[11]

El Nodo Perú de la Red Latinoamericana Iglesias y Minería, se presenta públicamente para unificar a nuestras Iglesias en torno a la defensa de la casa común, en “la perspectiva de una cambio de paradigma en todas nuestras actividades económicas, incluida la minería”[12], y con la búsqueda del verdadero bien común, como vivían nuestras comunidades cristianas, como nuestros pueblos originarios lo hacen, poniéndolo todo en común.

 


[1] Comisión Episcopal de Acción Social – CEAS/ RED MUQUI – Perú/Instituto Bartolomé de las Casas – IBC/Red Uniendo Manos Perú/Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos – PCUSA/Derechos Humanos y Medio Ambiente – Puno/Asociación Marianista de Acción Social – AMAS – Otuzco/Parroquia de San Mateo – Diócesis de Chosica/Derechos Humanos sin Fronteras – Cusco/Grupo de Formación e Intervención para el Desarrollo Sostenible – GRUFIDES/Proyecto Amigo – Huamachuco/Pastoral Social – Vicariato Apostólico San Francisco Javier – Jaén/Campaña Evangélica Renovemos Nuestro Mundo/Comisión DDHH y JPIC – Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú – CONFER/Asociación de Grupos Evangélicos Universitarios del Perú/Iglesia Evangélica Pentecostal/Comisión Justicia y Paz – Diócesis de Chimbote/Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado/Escuela de Teología de la Pontificia Universidad Católica del Perú – PUCP/Federazione Organismi Cristtani Servizio Internazionale Volontario – FOCSIV

[2] Mensaje de Papa Francisco en Encuentro “Minería para el bien común” – Roma, 03 de mayo 2019.

[3] Conformada por la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología del disuelto Congreso de la República.

[4] Alianza Mundial de Iglesias Reformadas (WARC). La Confesión de Accra. El Pacto por la Justicia en la Economía y en la Tierra. Accra, Ghana 2004.

[5] Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM. Carta Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano: Discípulos misioneros custodios de la casa común. Discernimiento a la luz de la Encíclica Laudato Sí (DMCCC). Bogotá, Enero 2018. N° 11.

[6]Carta Encíclica “Laudato Sí, sobre el cuidado de la Casa Común” (LS). Papa Francisco. Vaticano, Mayo 2015. N° 141

[7] Mensaje del Encuentro Macro Regional Norte “Desafíos de la Pastoral Social a 4 años de Laudato Sí. Perspectivas para los bienes de la creación y nuestra casa común”. Chiclayo, Agosto 2019.

[8] Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM. Carta Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano: Discípulos misioneros custodios de la casa común. Discernimiento a la luz de la Encíclica Laudato Sí (DMCCC). Bogotá, Enero 2018. N° 6

[9] Alianza Mundial de Iglesias Reformadas (WARC). La Confesión de Accra. El Pacto por la Justicia en la Economía y en la Tierra. Accra, Ghana 2004.

[10] Castillo, Carlos. “Ser cristiano entre dos milenios: Hacia una teología de la regeneración”. Lima, 2000-2001. En Debates en Sociología N° 25-26. P. 47.

[11] Mensaje de Papa Francisco en el Segundo Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, Julio 2015

[12] Mensaje de Papa Francisco en Encuentro “Minería para el bien común” – Roma, 03 de mayo 2019.

En un contexto de conflictividad social en nuestro país a raíz del desarrollo de proyectos mineros en diversas regiones y el impacto ambiental y social que genera, las iglesias en diferentes localidades han jugado un rol de acompañamiento a las comunidades y poblaciones en la promoción y defensa de sus derechos, siguiendo el mensaje del Papa Francisco a través de la encíclica “Laudato Sí” y de los obispos de Latinoamérica en su carta pastoral “Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común”.

Ante esta situación, la Red Latinoamericana Iglesias y Minería, que tiene como desafío común: “responder articuladamente a los impactos y violaciones de los derechos socioambientales provocados por las empresas mineras y los Estados, en los territorios en los que vivimos y trabajamos”; ha impulsado la conformación del Nodo Perú, que la integran 14 instituciones entre colectivos y redes de iglesias católicas y evangélicas, congregaciones religiosas, oficinas de pastoral social e instituciones vinculadas a diversas iglesias.

En ese sentido, el lanzamiento del Nodo Perú de Iglesias y Minería se realizará a través del Foro: Iglesias y Minería en el Perú: Desafíos para el cuidado de nuestra casa común, a realizarse el miércoles 23 de octubre a las 5:00 p.m. en el Auditorio de la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú – CONFER, ubicado en Jr. José Wagner 2561 (ex Torre Tagle), Pueblo Libre.

El Foro contará con invitados nacionales e internacionales y abordará el rol de nuestras Iglesias frente a lo social, la minería y el cuidado de la casa común.

Esperamos contar con su gentil asistencia.

Red Muqui, que hace parte de la Red Iglesias y Minería en América Latina, y participó en la IV Asamblea General en Buenos Aires el 20-22 de agosto del presente año, comparte la carta emitida por la Asamblea.

CARTA A LAS COMUNIDADES AFECTADAS POR LA MINERÍA

Queridas comunidades amenazadas, criminalizadas, explotadas y devastadas por el extractivismo minero, que resisten esperanzadas.

Reunidas y reunidos en Buenos Aires, Argentina, del 20 al 22 de agosto de 2019, sesenta laicos y laicas, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, pastores y pastoras, de 10 países de Nuestra América (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, México y Perú) y Reino Unido; compartimos nuestras voces y la rica experiencia que aquí vivimos en estos días a través de esta sentida carta.

Interiorizamos y asumimos como nuestros los dolores, las alegrías y las esperanzas de sus voces, que con fe e intensa fortaleza enfrentan los impactos, cada día más desastrosos, de las actividades extractivas en sus territorios que matan personas y exterminan la naturaleza.

Comprendemos profundamente las formas y las implicaciones globales de la expansión minera en todo nuestro subcontinente, siendo el cambio climático el síntoma terminal del gran daño de este sistema capitalista, neoliberal y depredador. Nos animamos a intercambiar las múltiples resistencias de nuestros pueblos, enraizadas en sus territorios, alentadas en sus culturas y espiritualidades originarias, tradicionales y cristianas. Decidimos y encaminamos acciones de fortalecimiento de estas luchas, sabiendo que de ellas depende también la sobrevivencia de nuestro planeta, nuestra Madre Tierra, Pachamama.

Iluminadas e iluminados por la Cruz Maya y las místicas indoafroamericanas que nos invitaron a armonizar los caminos del ser humano con los caminos de Dios y su Creación; que nos invitaron a reconocer las luces y sombras de los diferentes puntos cardinales a los que pertenecemos y a cuya tierra nos debemos, queremos decirles que nuestro corazón comunitario se hizo cruz, y se expandió al Oriente y al Poniente, al Norte y al Sur de esta tierra latinoamericana y toda la tierra que somos y que grita.

Profundamente conmovidas, conmovidos, humanizadas y humanizados por las lágrimas del pueblo de Brumadinho y las de su obispo Don Vicente Ferreira, y habiendo honrado cada uno de los nombres de las 272 personas muertas y 20 desaparecidas, los ríos Córrego do Feijão e Paraopeba y toda su biodiversidad, víctimas del crimen cometido por la empresa minera Vale contra esta comunidad.

Asimismo, habiendo hecho memoria de las más de 60 personas asesinadas, las 218 criminalizadas en los últimos 10 años a causa de conflictos mineros y de todos los pueblos en resistencia de América Latina y el Caribe ante este modelo de crecimiento infinito y capitalismo por despojo de los más vulnerables, nos hicimos silencio, indignación, rabia, lágrima, oración y urgencia.

Animadas y animados por el encuentro con las Madres de Plaza de Mayo y su valiente marcha pública que ilumina las marchas de toda Nuestra Casa Latinoamericana y Caribeña; animadas y animados por el abrazo de la Madre Norita Cortiñas que nos invitó a la paciencia persistente, esperanzada y comprometida con la memoria, la justicia y la vida, nos hicimos sentimiento de admiración por todas las comunidades defensoras de los derechos humanos individuales y colectivos, de la tierra, el ambiente y los bienes comunes de Nuestra América. Nos hicimos pasos para caminar a su lado.

Desde la memoria de los mártires latinoamericanos y caribeños, con dolor, fuerza y dignidad, nos hacemos grito: exigimos el esclarecimiento de los asesinatos y masacres hechos por empresas, con omisión o connivencia de gobiernos, contra habitantes de territorios, defensoras y defensores de la Madre Tierra, y contra la biodiversidad, en los diferentes países de la región, y de manera extremamente urgente en Brasil, Colombia, Perú, Guatemala, Honduras y El Salvador.

Recibimos con indignación la noticia de los incendios criminales en la Amazonía liderados por el gobierno Bolsonaro, atentando de manera directa contra la vida del planeta, dado que la Amazonía es la mayor floresta de cuya transpiración depende el clima planetario, no solamente de Sudamérica.

Exigimos el establecimiento de responsabilidades y la adopción de medidas de verdad, justicia y re-dignificación. Exigimos a los gobiernos de los distintos países de la región adoptar las medidas de protección requeridas para salvaguardar la vida de defensoras y defensores que se encuentran amenazados y exhortamos a los pueblos a rescatar las garantías para el funcionamiento pleno de la democracia y el ejercicio de sus derechos.

Las acciones prioritarias que planteamos en este contexto nos conducen a la Incidencia de la Red en empresas, Estados y en las Iglesias, a la promoción de la desinversión en minería del Norte Global, y a la acogida dialogante y el intercambio entre eco espiritualidades y al fortalecimiento de las comunicaciones.

Desde nuestro corazón comunitario hecho cruz y abrazo, en solidaridad con las madres latinoamericanas que consuelan y mantienen la marcha por la justicia y la memoria con toda esperanza; hechos paso urgente y grito certero, queremos ratificar que somos uno-una con Ustedes y nuestra Casa Común.

En celebración amorosa, unidas y unidos en la alegría de quienes sabemos que, desde Cristo Jesús, la Vida vence a la muerte y al dolor, haremos de cada lucha una fiesta: ¡para la vida toda y hasta siempre! ¡Que amanezca!

Buenos Aires, 22 de agosto, 2019
IV Asamblea – Red Iglesias y Minería

Foto: El Comercio

Monseñor Barreto, declarado Cardenal el pasado 28 de junio, impulsó la implementación de la Encíclica papal Laudato Sí en el Perú.

Pedro Barreto, un obispo que hizo la mayor parte de su trabajo en Huancayo y en la Amazonía, conocido por su compromiso social y ambiental. Fue declarado Cardenal el 28 de junio en el Vaticano por el Papa Francisco. Como se ha dado a conocer en los medios, Barreto tiene una trayectoria de defensa de la tierra y ha denunciado los problemas ambientales ocasionados por la minería en La Oroya. Fue, también, impulsor de la implementación de la encíclica Laudato Si en el Perú. Hay religiosos que como él no dudan en comprometerse con las luchas justas y acompañar a los más afectados.

Barreto participó en el proceso de la elaboración de la carta pastoral que fue publicada en enero del 2018 por los obispos del CELAM de Latinoamérica y que sienta las bases para la implementación de Laudato Sí en América Latina. Formó parte de DEJUSOL (Departamento de Justicia y Solidaridad – Consejo Episcopal Latinoamericano) entre el 2011-2015. El 19 de marzo del 2015 el CELAM, a través del DEJUSOL, participó en una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Ese año, DEJUSOL denunció en audiencia pública ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, la constante violación de los derechos humanos de las poblaciones autóctonas de la Pan-Amazonía. advirtió que “los denominados conflictos socio-ambientales no solo han sido fuente de inestabilidad social en los países de la región, sino que también han vulnerado los derechos de las personas y se ha favorecido a la inversión privada en desmedro de estos, a lo que hay que sumar los casos de corrupción que esto acarrea”.

Lo que sigue es la desgravación de la intervención de Mons. Barreto ante la CIDH, donde da testimonio sobre la problemática del extractivismo en el país:

(…) «Nuestro propósito en esta audiencia es testimoniar la angustia y el sufrimiento de muchos hermanos y hermanas por las consecuencias de una devastadora y cada vez más amenazante actividad extractiva sin rostro humano y sin ética.

El papa Francisco afirma que, si bien «el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política, la Iglesia no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia». (EG 183)

Somos testigos cercanos de enfermedades graves que han sufrido y sufren las poblaciones campesinas e indígenas a causa de los humos tóxicos de la fundición de La Oroya en el Perú, por ejemplo, y la destrucción ambiental del aire, agua, suelos que afectan a toda la región. Ellos son una fuente destructiva del tejido social, de vulneración del derecho de las personas y de una creciente y angustiante conflictividad social.

A esto se añade la criminalización de la protesta y en ocasiones se da una inadecuada o excesiva respuesta estatal.

(…) dispongamos hacer instrumentos de paz y de responsabilidad compartida para ejercer nuestros deberes y servir al bien común de la sociedad con el respeto irrestricto de los derechos de las personas y los bienes de la creación.»

Han pasado 3 años desde que el Cardenal Barreto dio este discurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la situación no ha cambiado mucho para el Perú. Solo este año, la Defensoría del Pueblo informó que existen alrededor de 169 conflictos socio ambientales latentes. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INEI) señalan que regiones como Cajamarca, Huancavelica y Apurímac figuran entre las más pobres, a pesar de tener como una de sus principales actividades la minería.

AFIRMAN EN ENCUENTRO MUNDIAL

El dirigente del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra del Brasil, Pedro Stedile, afirmó que vivimos hoy una crisis profunda del sistema capitalista, un sistema que actualmente es sinónimo de muerte y atraso. “La tarea nuestra es superar ese sistema”, sostuvo al iniciar el tercer Encuentro Mundial de Movimientos Populares (EMMP), en la ciudad del Vaticano.

“Nos encontramos ante un capitalismo que expresa el atraso, la explotación, la expulsión…El planeta está siendo agredido por el capital, que se ha apropiado de la naturaleza, privando de la misma a los seres humanos”, dijo.

Al emplazar a los delegados y delegadas del encuentro, fue enfático al decir que ya es hora de discutir nuevas formas de política popular.

“El sistema democrático burgués de la Revolución francesa ya no funciona más. El pueblo ya no consigue ejercer su capital político a través del voto. Más que nunca precisamos seguir el debate y formular propuestas alternativas a los problemas que la humanidad está enfrentando”, aseveró.

Por su parte, el cardenal Peter Turkson, del Consejo Pontificio de Justicia y Paz del Vaticano, recordó las palabras de Papa Francisco en la encíclica Laudato Si’, y señaló que la exclusión social se determina por dos factores: el social y el medioambiental, que se expresan como dos caras de la misma moneda.

“En este encuentro los hemos invitado a discutir para ver cómo cambiamos las cosas, no se trata de ser únicamente agentes de cambio hacia afuera, sino de ser agentes de cambio hacia adentro”, señaló.

Asimismo, añadió “no somos buscadores de trabajo, somos creadores de trabajo. Cuando hablamos del trabajo, del techo, de la tierra, de la democracia, el punto de partida siempre es la gente real y sus problemas reales. Más allá de las estadísticas, se trata de personas concretas”.

En ese sentido, el cardenal apuntó a discutir cuáles son los cambios que necesitamos, y la iglesia y los movimientos populares trabajaremos juntos para fomentar los cambios más profundos que necesita nuestra sociedad.

A su turno, Xaro Castelló, de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) de España insistió en que ya es hora de actuar.

“En el primer encuentro nos dimos la tarea de sacar una radiografía de lo que era la realidad de millones de personas en las 3 dimensiones del encuentro, Tierra, Techo y Trabajo. En el segundo asumimos los compromisos volcados en la carta de Santa Cruz de la Sierra. En este tercer encuentro, nuevamente en Roma, queremos dar un paso adelante, estamos en el momento de actuar, de hacer. Hemos analizado las realidades más diversas, sus identificado sus principales problemas, hoy debemos pensar qué políticas implementar, que tengan como fin último el verdadero bienestar del pueblo”, insistió.

Durante su intervención en el panel de apertura, Juan Grabois del Comité Organizador del EMMP, remarcó que este tercer encuentro tiene que ver con la acción. “Siguiendo el método de la Doctrina Social de la Iglesia, en el primer encuentro nos dedicamos a VER, a conocernos, en el segundo nos dedicamos a JUZGAR, acordamos un diagnóstico y asumimos compromisos entre las más de mil organizaciones que participaron del mismo. Hoy nos toca ACTUAR. (…) Para construir la fuerza de los Movimientos Populares, necesitamos 5 principios: Unidad, Organización, Conciencia, Espíritu elevado y Acción”, concluyó.

Más sobre el EMMP

Con la participación de 170 delegadas y delegados de 65 países, movimientos populares en los que se organizan trabajadoras y trabajadores de la economía popular- del campo y diversos sectores que representan a los excluidos de la sociedad- invitados por el Papa Francisco; este Miércoles 2 de Noviembre hasta el sábado 5 comienza el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el Vaticano.

A través de los cuatro días de encuentro se abordarán diferentes discusiones y debates bajo los ejes que ya históricamente vienen marcando el evento y que representan preocupaciones latentes para los movimientos como para el Papa: Tierra, Techo y Trabajo.

En esta oportunidad también se abren nuevos debates ampliados a perspectivas de análisis y trabajo sobre Pueblo y Democracia, Territorio y Naturaleza y Refugiados y Desplazados del Mundo. Con el objetivo de tener nuevas herramientas, fortalecidas por la propia visión de los protagonistas de estas problemáticas.

Los intercambios de las delegaciones participantes concluirán el 5 de noviembre cuando, en diálogo con el Papa Francisco le presenten el documento final con las propuestas del Encuentro.

Fuente y fotos: Iglesias y Minería / movimientospopulares.org