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Nota elaborada por DHUMA – Puno

Los días 11 y 12 de agosto, delegaciones de la zona Sur de la región de Puno (caso Aymarazo), Moquegua y Bolivia, articularon acciones para salvar las cuencas del extractivismo minero. Las tres representaciones visitaron las cuencas que conforman la vertiente del Lago Titicaca, entre ellos, cuenca Coata, Jatun Ayllu y Llallimayo.

Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), de las 13 cuencas que conforman la vertiente del Lago Titicaca, del lado peruano, 09 se encuentran catalogadas como de prioridad alta y prioridad media por los valores elevados de contaminación, conflictos sociales, escasez de agua y afectación económica identificados. De prioridad alta figuran las cuencas Coata, Huancané e Ilave, y de prioridad media las cuencas Suches, Azángaro, Illpa, Pucará, Callacame e Intercuenca Ramis.

En la cuenca Coata, conjuntamente con los estudiantes de las Instituciones Educativas Secundarias Daniel Alcides Carrión (distrito de Coata) y San Agustín (distrito de Coata), las delegaciones estudiantes participaron del monitoreo ambiental fisicoquímico del agua de la cuenca Coata, identificando los niveles de contaminación a través de los parámetros de temperatura, pH, oxígeno disuelto, alcalinidad total, dureza total y turbidez. Según el ingeniero ambiental Bladimir Martínez Ordoñez, miembro de Derechos Humanos y Medio Ambiente-DHUMA, manifestó que la cuenca Coata recibe tres fuentes contaminantes provenientes de las aguas servidas de la ciudad de Juliaca, actividades mineras formales, informales e ilegales en la cabecera de cuenca y de 201 Pasivos Ambientales Mineros.

Mientras que en la cuenca Jatun Ayllu (provincia de Lampa) y Llallimayo (provincia de Melgar), la Asociación de Propietarios de la Cuenca Jatun Ayllu Afectados por la Minera Aruntani SAC., conjuntamente con los representantes de la zona Sur de Puno, Moquegua y Bolivia, fueron testigos de los estragos ambientales que viene ocasionado la minera Aruntani en sus 12 años de operación, desde el año 2007 a 2019. Recordemos que está empresa minera, en la actualidad, se encuentra en etapa de cierre hasta el año 2026.

Los pobladores de Jatun Ayllu manifestaron que la empresa minera para iniciar sus operaciones se comprometió a no contaminar las aguas de la cuenca en mención, a apoyar en el desarrollo de la ganadería y artesanía local, ofreciéndose también como fuente laboral para la población local, lo que terminó dividiendo entre pobladores y las organizaciones, ya que solo se beneficiaron un sector minoritario del distrito de Ocuviri. La minería convirtió los ríos con agua dulce en aguas ácidas, teniendo daños ambientales irreversibles en la desaparición de diferentes especies de fauna y flora de la cuenca Jatun Ayllu, generando que la población esté expuesta a 16 metales tóxicos, poniendo en riesgo la salud de todas las personas que habitan en los alrededores de las cuencas Jatun Ayllu, Llallimayo, Ramis y el Lago Titicaca.

Frente a esta realidad que viven los pobladores de estas cuencas, las delegaciones de la zona Sur del departamento de Puno, Moquegua y Bolivia, manifestaron que desde el Gobierno nacional, regionales y locales se debe implementar políticas de protección de las cabeceras de cuenca y ordenamiento territorial, como lo hacen las comunidades campesinas. Referente a la contaminación de las cuencas vertientes al Lago Titicaca, exigieron que se atienda con prontitud a la población expuesta a metales pesados y remediación integral de las cuencas. Asimismo, enfatizaron que es insostenible que la actividad minera se encuentre en cabeceras de cuenca, puesto que son zonas desde donde nace la vida. Invocaron a los pueblos quechuas y aimaras de Perú y Bolivia a sumarse en la defensa y protección de las cabeceras de cuenca y el Lago Titicaca en el marco de la campaña comunicacional «Salvemos las Cuencas del Extractivismo», visibilizando y documentando casos de contaminación que se originan por las actividades extractivas irresponsables en las cuencas, teniendo efectos negativos en el Lago Titicaca.

Lago Titicaca
El lago navegable más alto del mundo se sitúa en el altiplano puneño, en una altitud media de 3.812 metros sobre el nivel del mar, entre los territorios de Perú y Bolivia. Sus aguas son consideradas como el cúmulo de agua dulce más grande de Sudamérica. Su extensión es de 8.562 km², el 56% pertenece a Perú y el 44% a Bolivia, sirviendo de frontera entre ambos territorios. Tiene una antigüedad estimada de 3 millones de años y una profundidad media en 107 metros. La temperatura del agua se sitúa en 13º de media y más de 25 ríos vierten sus aguas en el lago Titicaca.

Intermitentes declaratorias de Estados de Emergencia y abundante evidencia por parte de organismos estatales de altos niveles de contaminación, de importante fuente de agua de al menos 50 mil personas, no han mejorado la situación.

Pobladores expuestos a metales pesados por la contaminación de la cuenca Coata, ingresarán a un paro indefinido desde el 8 de noviembre, debido al incumplimiento de compromisos de remediación de la cuenca y atención de salud a personas con mercurio, arsénico y otras sustancias tóxicas.

Félix Suasaca, presidente del frente de defensa unificado en contra de la contaminación de la cuenca coata, manifestó que la medida de protesta social es para exigir la inmediata ejecución de las pozas de oxidación y una cámara de filtración para mitigar el ingreso de aguas servidas de la ciudad de Juliaca al río Torococha y posteriormente al rio Coata, en el marco del plan de acción de la municipalidad de San Roman y Seda Juliaca.

Asimismo, exigirán la implementación del plan de acción elaborado por el gobierno regional de Puno para atender a más de 50 mil personas expuestas a metales pesados, en temas de salud, ambiente, educación, vivienda y agricultura. De la misma forma, solicitaran la publicación de la resolución suprema 02-2020 PCM que reconoce el plan de acción del gobierno nacional que involucra a los ministerios de salud, energía y minas, ambiente, educación y vivienda.

Las evidencias de la contaminación de la cuenca del río Coata son refrendadas por varios organismos estatales, entre ellos la Autoridad Nacional del Agua (ANA). Sus muestras evidencian alarmantes concentraciones de metales tóxicos y microorganismos que superan ampliamente los Límites Máximos Permitidos y los Estándares de Calidad Ambiental establecidas por las autoridades correspondientes.

Como consecuencia de esta contaminación, el pasado 28 de setiembre, mediante el Decreto Supremos 158-2021-PCM, el gobierno nacional declaró en Estado de Emergencia por un plazo de 60 días, los distritos de Coata, Huata, Capachica de la provincia de Puno y distrito de Caracoto de la provincia de San Roman, región de Puno, por existir peligro inminente de contaminación del agua de consumo humano. Sin embargo y a pesar de que las razones de la polución no han sido subsanadas, el gobierno ha vuelto a levantar el Estado de Emergencia.

Ante esta medida, los dirigentes de frente de defensa de los distritos mencionados, manifestaron estar cansados con las declaratorias de emergencias, mesas técnicas, compromisos y planes de acción, sin resultados favorables para la población afectada por la contaminación. En ese sentido indicaron que no levantarán la medida de fuerza hasta que el presidente Pedro Castillo Terrones y la presidenta del Consejo de Ministros estén presentes en la zona para dar solución definitiva al tema.

Organismos defensores de Derechos Humanos han constado la evidencia de actos intimidatorios y de criminalización en contra de integrantes de los Frentes de Defensa.  No obstante que el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos ha solicitado acciones al gobierno peruano poner fin a cualquier acto de criminalización en contra de los defensores de derechos humanos de la cuenca del río Coata. Adicionalmente, se evidenciaron actos de criminalización en contra de los dirigentes principales de los Frentes de Defensa, con la aparente intención de paralizar el pliego de reclamos de la población expuesta a metales pesados.

Si bien la contaminación se evidenció en estudios desde el 2015, la problemática socio ambiental se inicia mucho antes. Además, se observa que la respuesta del gobierno a los resultados alarmantes de la contaminación demora cuatro años, y recién después de cinco se realizan análisis en sangre y orina de las personas expuestas.

Cabe señalar que, las fuentes contaminantes podrían estar distribuidas en la zona alta, media y baja de la cuenca Coata cuya extensión es de 5,548.5 km2 y alberga alrededor de 221,097 habitantes, de los cuales cincuenta mil serían los más afectados ya que viven en la en la zona baja de la cuenca.

Por último, a pesar de que no hay claridad sobre los mecanismos para enfrentar la situación de afectación que ha sido calificada por el Instituto de Defensa Civil (INDECI) de  Muy Alto Riesgo, las declaratorias de estado de emergencia se han dejado de emitir. A ello se suma que el proceso para la elaboración de un Plan de Acción Integral para atender la problemática aún es incipiente. Para asegurar que este plan aborde problemas estructurales de la contaminación ambiental, se requiere una discusión amplia, y la participación de sectores privados (ONGs) y estatales que garanticen un abordaje integral y consecuente de la problemática.