El gobierno central es uno de los principales promotores de las Mesas de Diálogo como una estrategia para la solución de conflictos; sin embargo, de los cuatro casos analizados por la Red Muqui: Espinar (Cusco), Río Blanco (Piura), Conga (Cajamarca), y Morococha (Junín), en ninguno se ha llegado a acuerdos vinculantes o han sido incumplidos o amañados,  y en todos ellos se cuestiona el comportamiento ético de las empresas mineras. En tres de los casos (Espinar, Conga y Río Blanco) el problema central está vinculado al tema ambiental.

Uno de los mecanismos de diálogo son las mesas de diálogo y desarrollo, los procesos de consulta previa y los espacios de negociación o acuerdo previo con comunidades, según menciona el documento de “Balance y Propuestas para el Funcionamiento de los Procesos de Diálogo en el Perú”, elaborado por Red Muqui. Uno de los principales problemas que presentan dichos mecanismos en común es que ninguno contempla una lógica preventiva; es decir, no existen desde el Estado acciones para determinar con tiempo, elementos que podrían conducir a una situación de crisis y de ese modo poder evitar el estallido de conflictos.

Según menciona Javier Jahncke, Secretario Ejecutivo de RED MUQUI, al Estado le hace falta entender el contexto que se vive al interior de las comunidades. “En los casos evaluados, tenemos procesos que buscan desconflictivizar o negociar, pero no solucionar las problemáticas de las organizaciones locales y, facilitar con ello, relaciones adecuadas de Estado. La voluntad de las comunidades no es considerada al momento de decidir sobre la realización de proyectos o la aprobación de normas; por ello, muchas veces,  terminan afectando comunidades campesinas o nativas, y población en general”, sostiene.

 

La organización analizó en dicho documento los casos de Espinar (Cusco), Río Blanco (Piura), Celendín (Cajamarca), y Morococha (Junín) e identificó algunas limitaciones presentes durante las mesas de diálogo. Estas son zonas en las cuales la minería y los conflictos entorno a ella están presentes, pero lamentablemente, en ninguno de los casos los mecanismos de diálogo han podido dar solución a las problemáticas de fondo de la conflictividad, porque no las abordan y falta de voluntad política.

Los principales problemas observados por Muqui son la asimetría con el que se han venido desarrollando los procesos, “el Gobierno central y las empresas mineras participan con más profesionales y asesores que las comunidades, que incluso no los tienen mayormente”;  lo discutido corresponde a una agenda impuesta por el Estado, “las agendas, organizadas por el Estado, recogen parte de las causas de un conflicto y muestran las bondades de los proyectos mineros, no las preocupaciones de las comunidades y poblaciones y sus intereses”; no se da un seguimiento al cumplimiento de los acuerdos a los que se llegan, ni se investigan las violaciones de derechos humanos, subraya el documento.

En Piura se encuentra la empresa minera Río Blanco. El conflicto en esta región inició en el 2002, año desde el cual se han registrado alrededor de 30 personas detenidas, 9 fallecidas y hasta 400 investigadas o procesadas. “En el año 2007, las zonas de Ayabaca y Huancabamba tuvieron una consulta popular y lo que querían las organizaciones sociales como condición, era que se reconocieran los resultados de la consulta, en donde más del 98% dijo que no quería esta la minera en la zona. El que dirigía esa mesa de diálogo desde el gobierno era el entonces premier Jorge del Castillo; dijo que no podía aceptar una imposición y  dio por suspendida la reunión de la mesa. Hasta el momento no se ha vuelto nuevamente a reiniciar esos procesos”, declara Lupo Canterac Troya, Coordinador de la Red Regional Agua Desarrollo y Democracia de Piura (REDAD).

 

En Espinar, Cusco, se desató el conflicto en el 2001 a causa de las operaciones de la Minera Xstrata Tintaya con 3 fallecidos y 26 detenidos. En el año 2012 se volvió a desatar un conflicto, al cual el Estado respondió implementando una mesa de diálogo. Según Jaime Borda, director de Derechos Humanos Sin Fronteras Cusco, esta “no fue una mesa de diálogo equitativa, ha habido situaciones asimétricas en el tema de profesionales y hasta la difusión de acuerdos limitaba la participación de las comunidades; por otro lado, el Estado cuando dialoga viene con asesores técnicos. A pesar de esas asimetrías las comunidades han estado casi año y medio en la mesa de diálogo que finalmente se fue desgastando”, menciona.

El informe de la Red Muqui señala que de los cuatro casos analizados, hay un saldo de 12 muertes en conflictos, de las cuales cinco corresponden al caso minas Conga; tres al caso Espinar; y cuatro al caso Río Blanco. En ninguno de los casos se cuenta con información sobre las acciones que el  Estado ha realizado para esclarecer los hechos, como identificar a los presuntos responsables e indemnizar a las víctimas. Si bien hubo y hay aún procesos e investigaciones penales en curso, o fueron archivados o no tienen resultados hasta la fecha. Estos hechos graves de vulneraciones a los derechos fundamentales no han sido considerados como temas centrales en ninguna de las agendas de las Mesas de Diálogo, salvo algunas respuestas puntuales como en el caso Espinar (la empresa Xstrata ofreció un apoyo económico a las familias de los heridos y fallecidos).

Así el informe recomienda que desde el Estado haya una política preventiva de los conflictos, el establecimiento de un sistema nacional de prevención y atención de conflictos sociales con la Municipalidad Distrital como primer nivel, la participación plena de la población y las comunidades campesinas en los procesos de diálogo; la representación equitativa, con asesores, observadores y profesionales especialmente al tratarse aspectos técnicos y legales; el seguimiento o monitoreo de los acuerdos y compromisos derivados de los procesos con garantes; las agendas de discusión compartidas, y el respeto de los derechos de las poblaciones, en especial de nuestras comunidades campesinas y nativas como prioridad.

Así lo afirmaron organizaciones sociales y ciudadanos en un encuentro donde participó Máxima Acuña, dirigenta social de Cajamarca.

Ante la noticia de que la empresa minera Southern Perú iniciaría operaciones en el Valle del Tambo en el primer trimestre del año, diversas organizaciones de la zona se declararon en alerta y refirmaron su oposición al proyecto Tía María.

Como informaron el Diario La República y El Búho, el fin de semana se realizó el encuentro nacional: «Valle de Tambo, resistencia y lucha por la vida», donde participó Máxima Acuña. La agricultora, y mujer símbolo de la resistencia social al proyecto minero Conga, estuvo en Arequipa para apoyar la resistencia de los comuneros del Valle de Islay.

“Los campesinos queremos vivir tranquilos. Vivir en paz. Que se respeten nuestros derechos. Si no se van, tenemos que defendernos y luchar. La lucha es justa”, declaró para El Búho, Máxima Acuña.

Cabe resaltar que Southern está tratando de ingresar a la zona y trasladó una de sus plantas sin autorización. El secretario de Red Muqui, Javier Janhcke afirmó al respecto que que “Southern está trasladando su Planta de Beneficio sin realizar al menos una modificación el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y solo a través de un Informe Técnico Sustentatorio (ITS), que es aplicable para actividades de menor envergadura, al final, no sabemos cómo se podría repercutir en la zona”.  Con este comportamiento, se genera un escenario de mayor conflictividad.

Por su parte, en el último estudio que realizó el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental- OEFA, se determinó que las lagunas de Mejía y la zona agrícola del valle de Tambo son las zonas de mayor fragilidad, una minería no responsable podría afectar gravemente este ecosistema.

Especialistas y representantes de la sociedad civil conversaron sobre los mecanismos de diálogo y cómo se han llevado a cabo dejando al margen de cualquier decisión a las comunidades y poblaciones.

La empresa minera Chinalco nunca escuchó a la población de Morococha, cuenta Silvia Aguilar, dirigente social, les prometieron un convenio marco, seguridad ambiental, social y pusieron como condición primero la reubicación de la ciudad. Cuando fueron trasladados, los acuerdos no se cumplieron a cabalidad. “Nosotros no teníamos asesoría legal, estábamos en desventaja” señala. Como este caso, en que el proceso de Diálogo se vio truncado, existen muchos más, donde ha sido inminente que estallen los conflictos, derivándose, luego, en protestas, enfrentamientos y movilizaciones.

Red Muqui analizó junto a varios especialistas los procesos de Diálogo en el país, cómo se han llevado a cabo y cuáles han sido sus obstáculos en el Foro público “Balance de los procesos de diálogo en el Perú en la actividad minera” que se realizó el 15 de marzo último en Lima. Allí participaron representantes de la sociedad civil, especialistas en conflictos sociales. En el primer panel participaron Milton Vásquez de Plataforma Interinstitucional Celendín, Silvia Aguilar Cajachagua – Representante de la sociedad civil de Morococha y Jaime Borda Pari- Director de Derechos Humanos Sin Fronteras de Cusco.

Milton Vásquez, de Plataforma Interinstitucional Celendín, comentó sobre el emblemático caso de Conga. “El diálogo vino después del conflicto, cuando debió instalarse la mesa de diálogo antes de que ocurra.” Sánchez, señaló que se vivía un constante clima de enfrentamiento entre las comunidades y la empresa minera Yanacocha.

“El escenario era muy complicado porque Cajamarca ya estaba militarizada, ellos decían que se instalaban mesas de diálogos, pero en verdad, todo era para enseñarnos a los cajamarquinos las bondades de la minería”, señaló Miltón Sanchez.

Por su parte, Silvia Aguilar Cajachagua- Representante de la sociedad civil de Morococha- contó que el 2008 se inició la negociación para la firma del convenio marco para el reasentamiento de la ciudad de Morococha, pero muy amañadamente dentro de este proceso instalado cambió la agenda. Ella comentó que la población se sintió engañada en repetidas situaciones.

Por su parte el director de Derechos Humanos sin Fronteras, Jaime Borda, dio a conocer que en el caso de Espinar el diálogo también se vio empañado por intereses económicos.

“Lo que hemos tenido en el Sur es que las mesas de diálogo están condicionadas”, comentó. Agregó que el Estado está “monetarizando las demandas de la población “ y por eso estás han llegado a su límite, ya que, cuando las comunidades no aceptan, se declara Estado de emergencia y se usa la fuerza. “Así no se puede tener una relación horizontal, las negociaciones no son equitativas, solo los técnicos los especialistas tienen voz, puntualizó.

Todo está amarrado

El segundo panel fue moderado por la periodista Milagros Salazar, directora del medio de investigación Convoca. Participaron: Juan Aste, ingeniero economista y asesor de RED MUQUI, Javier La Rosa, asesor de la Comisión de Pueblos indígenas, andinos, amazónicos, y afroperuanos, Ambiente y ecología del Congreso; y Giselle Huamaní, especialista en conflictos sociales.

Juan Aste, consultor de RED MUQUI, afirmó que a las empresas no “les importan lo que digan las comunidades, ellos van a llevar a cabo los proyecto sí o sí”. Agregó que se prioriza la extracción del mineral por encima del bienestar de las poblaciones. “Al final todo está amarrado”, dijo en el panel.

Comentó que los conflictos sociales deben ser abordados en el territorio donde ocurren y no traerlos a Lima y que se debería trabajar de forma preventiva porque la base del conflicto es la imposición. Puso como ejemplo, el caso de Tía María, donde las comunidades están defendiendo su modelo de desarrollo agrícola y agroindustrial y exigen el reconocimiento de la consulta popular realizada el 2009.

El asesor congresal, Javier La Rosa, afirmó que muchos de los problemas que ocurren en el diálogo tienen que ver con el sistema mismo en que están diseñados. “Habría que ver ¿qué entienden ambas partes por diálogo”, aseveró. Añadió que siempre hay que tomar en cuenta a los actores más débiles y evitar que los conflictos crezcan.

Finalmente, Giselle Huamaní, especialista en conflictos sociales, afirmó que “las mesas de dialogo en espacio de crisis no son adecuadas”. Señaló que, por ejemplo, en Morococha se ha estado tratando de plantear propuestas y se ha buscado la concertación. “Hay que hacer un esfuerzo, tratar de identificar casos donde el diálogo si funciona, lamentablemente, las prácticas positivas no llegan a los medios”, señaló.

Por su parte, RED MUQUI, viene trabajando para contribuir al debate y la generación de espacios para la mejora de mecanismos de diálogo. En el documento Balance y Propuesta para el funcionamiento de los procesos de diálogo en el Perú se proponen una serie de mecanismos que contribuirían a generar procesos más horizontales y democráticos. Se propone, entre otros, crear un Sistema Nacional de prevención y atención de conflictos sociales a nivel local, regional y nacional; también, que el Estado asuma como prioridad impulsar procesos de diálogo de forma transversal y garantice la defensa de los derechos por encima de intereses económicos.

Se puede ver la lista completa de PROPUESTAS MUQUI AQUÍ

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En el día mundial del agua, RED MUQUI propone revisar los problemas que trae la minería irresponsable cuando no cumple estándares de calidad ambiental y contamina las fuentes de agua, afectando la salud de las poblaciones.

[INFOGRAFÍA]

El día de ayer se difundieron varios videos donde se daba a conocer una supuesta compra de congresistas de parte del Bloque de Kenji Fujimori para beneficio del ejecutivo y con el fin de evitar la vacancia presidencial. En uno de los videos de habla sobre el amarre de corrupción y lo “rápido” que pueden salir los proyectos con la venia de la Presidencia del Consejo de Ministros. Este trato “preferencial” contrasta con el que se da a la comunidades o poblaciones cuando solicitan reuniones con el Ejecutivo para atención de emergencias como atención de salud por intoxicación o remediación de pasivos ambientales.

El congresista Bienvenido Ramírez afirma en uno de los videos: “En menos de una semana me dieron las obras, me dieron las direcciones regionales de mi región de Tumbes. Puse al director del proyecto Puyango, puse al director de PCI, puse al director de Agroideas, estoy poniendo ahorita al prefecto de Tumbes, estoy poniendo Produce, estoy poniendo Senasa”, evidenciando de esta forma arreglos internos y acuerdos bajo la mesa para facilitar beneficios personales.

En contraste, en otras situaciones, los ministerios han dado largas a procesos de diálogo, atención en salud, etc. El caso de los afectados por metales tóxicos es un ejemplo. Ante la indiferencia de las autoridades, familias del distrito más afectado por la minería en Cerro de Pasco se encadenaron en las rejas del Ministerio de Salud. Desde el 2012, que se declaró Emergencia ambiental, se venía exigiendo la atención primaria y especializada de las personas, especialmente niños, afectados por metales tóxicos, una clínica de desintoxicación, entre otros, pero cinco años después no había mayores avances.

Otros afectados por metales tóxicos de Espinar, Chiriaco, Junín, San Mateo, Cuninico han solicitado reuniones con ministerios. El 28 de enero pasado estuvieron esperando 3 horas afuera de la oficina del ministro Salinas para poder agendar una reunión, que luego fue reprogramada. Ante esta indiferencia del Estado,  el ingeniero economista y especialista en conflictos sociales, Juan Aste Daffos señala que “al gobierno no le importa lo que digan las comunidades, va querer llevar a cabo los proyecto sí o sí”. Agregó que se prioriza la extracción del mineral por encima del bienestar de las poblaciones. “Al final todo está amarrado”, afimó.

Los conflictos socio ambientales mineros NO se van a solucionar si…

  • GOBIERNO y/o EMPRESAS están AMARRADOS a la corrupción.
  • el negocio minero solamente es entre GOBIERNO y EMPRESA.
  • autoridades y poblaciones no tienen participación en la toma de decisiones.
  • las normas están hechas sólo para facilitar el negocio minero, sin respetar derechos.

El GOBIERNO y las EMPRESAS MINERAS priorizan la explotación de los recursos naturales sin importan si sus impactos afectan o no el territorio, el medio ambiente, la biodiversidad, la cultura y la salud de nuestras comunidades y población.

Por eso La consulta previa y la participación ciudadana en minería son meros trámites

El Gobierno y las Empresas Mineras priorizan la explotación de los recursos naturales sin…

En el Día Internacional de la Mujer, conoce la historia de tres mujeres dirigentas sociales que están luchando por el agua y la salud. Se trata de Rosa Amaro, de La Oroya, Melchora Surco de Espinar- Cusco y Gladys Mandujano de Pasco. Ellas viven en comunidades lastimadas por la contaminación y la minería, sin embargo, no se cansan de exigir calidad de vida, pese a las persecuciones, atropellos y amenazas.

Rosa Amaro- La Oroya, Junín

Amaro es de aquellas mujeres que parecen incansables. Es la presidenta Movimiento por la Salud de La Oroya (MOSAO) , lleva 30 años luchando por la mejora de atención a niños, niñas y ancianos intoxicados con metales pesados a causa de la contaminación que padece durante décadas La Oroya. Rosa ha recorrido consultorios médicos, despachos de congresistas, organizaciones sociales buscando apoyo para los afectados. En el camino se ha encontrado con madres que tienen hijos con plomo y a quienes acompaña, pero también han aparecido amenazas. Por ejemplo, los ex trabajadores de La Oroya no la ven con buenos ojos, ella cuenta, que la han amenazado en su propia casa. Incluso, desde las radios locales ha sufrido persecución: «El locutor deja las líneas abiertas para que cualquiera pueda lanzar amenazas al aire. Incluso se ha dado la dirección de mi casa al aire», manifiesta “Nunca me cansaré de denunciar y exigir condiciones de salud digna”, dice Amaro.

Melchora Surco- Espinar, Cusco

Melchora es una dirigenta social de Espinar que ha denunciado cómo los niños y niñas enferman en su distrito. Ha logrado hacerse escuchar en medios de comunicación, foros, le habla claro a los políticos, no se amedrenta, pero tampoco, puede evitar mostrar su pena. Ha cuestionado a las entidades públicas como en Ministerio de Salud que dan largas a la solución de la remediación de pasivos. Melchora está convencida de que puede generar cambios y cada vez que está en Lima, resalta que su misión es hacer escuchar a su comunidad: Contar su historia. “Nos sentimos abandonados por el gobierno nacional, que no se preocupa por nosotros. Vemos como se ha contaminado y destruido nuestro medio ambiente y se nos ha envenenado, pero ni por eso nos atienden”, declara.

Gladys Mandujado – Cerro de Pasco

Cerro de Pasco es una de las ciudades más lastimadas por la contaminación minera y los pasivos, tanto así, que los pobladores viven con niveles altos de metales tóxicos en la sangre. Gladys Mandujano es el Grupo de Defensa de Pasco aboga por que se remedien los problemas ambientales en Pasco y se atienda a los afectados. Acompaña a madres, padres y niños en movilizaciones, marchas, plantones. Los reúne, vela por su seguridad, siempre está atenta a las necesidades del grupo. En Lima, incluso, la policía la agredió para apartarla de las puertas del Ministerio de Salud. Gladys no se amilana y ha decidido emprender continuar en la defensa de los derechos y la salud.

Plataforma Nacional de afectados y organizaciones de sociedad civil esperan participar en propuesta
Hoy miércoles 7 de marzo,el MINSA publicó en el diario oficial El Peruano, la Resolución Ministerial N° 168-2018-MINSA que crea la Comisión Sectorial para elaborar y proponer la Política Nacional para la atención integral de las personas expuestas a metales pesados, metaloides y otras sustancias químicas.
La norma establece qué hay 5 días hábiles para instalar la Comisión luego de la publicación, y luego de ello 60 días hábiles para plantear la propuesta.
Consideramos desde RED MUQUI que es un avance importante el logrado, luego de la incidencia realizada por la recientemente conformada Plataforma Nacional de afectados/as por metales tóxicos que integra 9 regiones que sufren los impactos de contaminación por metales tóxicos, en especial provenientes de las actividades extractivas, y luego de la reciente protesta de los afectados de Cerro de Pasco, que el pasado 1° de marzo se autoconvocaron en el MINSA ante los continuos incumplimientos de acuerdos, y suscribieron un acta en la que el MINSA se comprometió ha proponer ls citadas políticas de salud en 30 días, y no en 60 días como ha ocurrido.
Esperamos que el gobierno cumpla los plazos establecidos, pese a que no fueron los acordados, pero también que incluya en la citada Comisión, no sólo a instancias del Estado, sino a la propia población organizada a nivel nacional en la Plataforma Nacional de afectados en salud por metales tóxicos, y a la Mesa Técnica que acompaña dicho proceso, que tiene propuestas que han sido presentadas al MINSA y a todas las instancia competentes en materia de salud, y que deben ser consideradas en la discusión de la propuesta que trabajarán las entidades del Estado.

RM_ N° 168-2018 MINSA Politica Nacional Atencion Integral Metales by prensamuqui on Scribd