Pronunciamiento del Monseñor Pedro Barret Jimeno, Arzobispo Metropolitano de Huancayo sobre la calidad de vida de la población de La Oroya y de la Región Junín.

 

Pronunciamiento La Iglesia y La Oroya by prensamuqui

En un gesto que califican de solidaridad con el valle de Tambo, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de San Agustín, tomó por la fuerza el local de Sociales, solicitando al gobierno el fin del Estado de Emergencia en la provincia de Islay, generado por las protestas contra el proyecto Tía María.

Los estudiantes, marchan ahora por las calles céntricas, incluida la plaza de armas, a pesar de la prohibición municipal para este tipo de manifestaciones en la plaza principal de la ciudad.

Según dijeron, el gobierno pretende imponer la operación de la mina Tía María de la empresa Southern en el Valle de Tambo, lo que provocó un paro en esa zona que se extendió por más de dos meses, hasta que el gobierno suspendió las garantías en toda la provincia de Islay.

Actualmente la situación es de calma, pero la oposición a esta actividad minera no se ha disipado, según han hecho saber los representantes de la población. El Estado de Emergencia fue declarado por 60 días y este plazo debía vencer en 20 días si no hay prórroga.

 

Fuente: El Buho

Con el objetivo de generar un espacio de intercambio de experiencias  de los avances del proceso de Ordenamiento Territorial en el país y construir propuestas consensuadas de puntos pendientes en las agendas de gobernabilidad en torno a los procesos de Zonificación Económica y Ecológica – ZEE y ordenamiento territorial en el Perú, se viene organizando el Foro Macro – regional sobre ordenamiento Territorial: “Retos y desafíos del ordenamiento territorial en el Perú”.

El foro se realizara el jueves 02 de Julio en el auditórium de la DIRCETUR, ubicado en la Plaza Túpac Amaru – 4to piso desde las 8:30 a.m. a 4:30 p.m. El evento contara con la presencia de expertos y especialistas reconocidos a nivel nacional y regional sobre Ordenamiento Territorial, así mismo con autoridades de las regiones de Cusco, Apurímac, Huánuco, Ancash y Cajamarca, líderes y lideresas de diversas organizaciones del Perú.

El foro es organizado por la Plataforma de Recursos Naturales y Desarrollo Sostenible RENADES – Cusco, el Gobierno Regional del Cusco a través del Comité Técnico de Ordenamiento Territorial y ADG Islas de Paz del proyecto de ordenamiento participativo del territorio en los Andes Peruanos.

Plataforma Regional de Recursos Naturales y Desarrollo Sostenible – RENADES

Las rondas campesinas de la provincia de Sánchez Carrión, La libertad, el programa Tejiendo alternativas del Proyecto Amigo y el colectivo Tarpuymita, informamos a la opinión pública sobre la urgente necesidad de intervenir en Huamachuco para detener la expansión de la minería artesanal informal. A pesar de que tal situación se está dando de manera acelerada, estamos a tiempo para evitar que se repita el caso del Cerro el Toro, poniendo en riesgo la salud y seguridad de la población, sobre todo de los niños que trabajan y de aquellos que viven y estudian entorno. Además de poner en riesgo fuente de agua de gran importancia para el territorio.

Desde hace unos años, a pesar de los diversos intentos de que la minería informal en el Cerro el Toro pueda resolverse, no ha habido resultados suficientes.  La formalización de la minería artesanal enfrenta dificultades complejas, por lo que la propuesta no puede estar centrada en el uso de políticas represivas focalizada en los mineros operarios, sino que debe abordarse el fenómeno en su conjunto, desde las causas de su origen y reproducción.

Ahora además del Cerro el Toro, la actividad se expande a las zonas aledañas, por lo que hacemos una alerta a viva voz y convencidos de que es posible evitar tal avance. Para ello, pedimos la presencia del gobierno central y de las instancias correspondientes para que, de manera participativa, podamos acordar una estrategia de acción efectiva para paralizar la expansión de la minería informal en Huamachuco.

Para este proceso pedimos se tenga en cuenta aspectos como:

1) Avanzar con el plan de ordenamiento territorial, desde un enfoque de cuencas y de derechos humanos, que vaya de la mano con reales alternativas de producción económica que no dependan de la actividad extractiva minera

2) Establecer una estrategia que paralice y prevenga  la expansión de dicha actividad mientras no se den las condiciones para que se lleve de manera responsable;

3) Declarar el carácter de intangibilidad a las zonas de las lagunas altas;

4) Garantizar  el no trabajo de niños y niñas.

¡Por un ordenamiento territorial participativo

Por una política de prevención de la expansión minera informal

Con un enfoque de derechos humanos y de cuidado de la infancia y la adolescencia!

Huamachuco, 22 de Junio del 2015

Nury García Córdova                                                                                   Martin Otiniano
Tejiendo alternativas                                                                              Rondas Campesinas
Proyecto Amigo                                                                                Provincia Sánchez Carrión

Rocío Altamirano
Colectivo Tarpuymita

El crecimiento del PBI en la agricultura es al menos el doble de eficaz en la reducción de la pobreza frente a otros sectores, según  el Banco Mundial. Una receta que no se aplica en la región donde la tierra  esta en manos de unos pocos, como lo muestra el índice Gini que asciende a 0,81, un nivel muy superior a la media mundial que se sitúa en 0.60.

En la región existe una «fiebre de tierras”  debido a la  creciente demanda mundial de alimentos, forraje  y combustible. En segundo lugar, por el incremento de la demanda de minerales y productos madereros; y finalmente debido a la crisis financiera que ha vuelto más segura la inversión en tierras.  “En toda América Latina y el Caribe se ha disparado la inversión (extranjera) en la tierra y la agricultura durante la última década”. Los 10 países más afectados por el acaparamiento de tierras son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, según El informe El acaparamiento de tierras en América Latina y el Caribe visto desde una perspectiva internacional más amplia, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).

Por ejemplo, en Guatemala se ha reducido en 55 mil hectáreas los bosques, y en Honduras  en 145 mil; a la par que la producción de biocombustibles (cultivo de palma de aceite y caña de azúcar) en estas zonas se ha incrementado en torno al 147,5%.

De las más de un millón 700 mil hectáreas que hay en la región, el 34% es tierra con potencial para la agricultura y el 48% son bosques, según el Instituto para el Desarrollo rural de Sudamérica (IPDRS). “La historia de la región nos cuenta que el proceso extractivista  ha conducido a una generalización de la pobreza, ha dado paso a crisis económicas recurrentes, al tiempo que ha consolidado mentalidades rentistas. Todo esto profundiza la débil y escasa institucionalidad democrática, alienta a la corrupción, desestructura sociedades y comunidades locales, y deteriora gravemente al medio ambiente. Lo expuesto se complica con las prácticas clientelares y patrimoniales”, sentencia Alberto Acosta, economista y ex ministro de Energía y Minas de Ecuador.

Conflictos sociales y concentración de tierras

En Perú, el 47,8% del territorio de las comunidades campesinas tienen concesiones mineras. La Defensoría del Pueblo registró en mayo de este año  211 conflictos sociales, de éstos,  143 (67,8% del total) se debieron a causas socioambientales, y de éstos mas de  mitad son por minería.

Raphael Hoetmer, investigador  integrante del Programa Democracia y Transformación Global (PDTG) –Perú, sustenta que el proyecto neoliberal en el país, impulsado por el gobierno de Alberto Fujimori, implicó un proceso de “reterritorialización» en el país, con la expansión minera como una de sus lógicas principales.  El experto e integrante del grupo de ecología política de la universidad CLACSO,  afirma que la profundización del extractivismo y estas reformas han generado daños ambientales, sociales, culturales, política y de salud humano a lo largo del país como en La Oroya (Junín), Cerro de Pasco, El Callao y Choropampa (Cajamarca).

El extractivismo, considera el especialista, consiste también en la configuración de un sistema político, económico, jurídico e imaginario cultural e identitario que permita su desarrollo. Es por ello, que habla de Perú como  “gobierno minero” debido a que servicios, que son funciones propias del Estado, llegan a ser absorbidas por actores privados, como es el caso de la salud, educación  construcción de infraestructura, o la seguridad, pudiendo la policía

Durante la conferencia se expuso  la amenaza que el proyecto Conga (Cajamarca) supone para su población y el ecosistema, compuesto de humedales y  lagunas,  pues se removerían durante 17 años 92 mil toneladas diarias de roca y se producirían 85 mil toneladas de relaves tóxicos diarios. Milton Sánchez, presidente de la Plataforma Interinstitucional Celendina (PIC), resaltó que tras 22 años de minería en la región es la más pobre del país. además comentó que existe un interés por convertir el sur de Cajamarca en uno de los distritos mineros más grandes de Latinoamérica.

En el caso de Ecuador,  el ingeniero agrónomo Michel Laforge considera muy limitados los avances en materia de acceso del campesinado a la tierra. El país vecino presenta una elevada inequidad en la propiedad de la tierra heredado de la historia: el 5% de los propietarios concentra el 52% de las tierras agrícolas, mientras que, en el otro extremo, el 60% de los pequeños productores son propietarios del 6,4% de las tierras, según los últimos datos disponibles. Una de las principales razones que explican los pocos avances en materia agraria es debido  a que “las exportaciones no petroleras principales siguen siendo agroexportaciones (como el banano y el camarón), con una estructura productiva basada en grandes propiedades o plantaciones, que no tiene ningún interés en ver procesos redistributivos ponerse en marcha”.

Pedro Landa, investigador del ERIC de la compañía de Jesús de  Honduras, explicó que el modelo extractivista reproduce las tradicionales economías de enclave  que tratan de abastecer de materias primas a los países del Norte. Este modelo económico se vio impulsado en el país tras el Golpe de Estado del 2009, que impuso una nueva Ley de Minería. A un año de esta normativa, se generaron 20 conflictos.  Los 292 proyectos mineros aprobados ocupan el 46,6% del territorio nacional. De aprobarse las 562 solicitudes en proceso,  se incrementaría esta  cifra hasta el 65.8%.

Perú, de la reforma agraria a la concentración de tierras

“Cuando, en el año 1980, se puso fin a la reforma agraria nadie imaginó que 30 años más tarde en el Perú volveríamos a los tiempos de la concentración de tierras en pocas manos, sostiene el estudio “El proceso de concentración de la tierra en el Perú” realizado por el Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes). Sostienen que “las nuevas propiedades superan largamente las extensiones que tenían las grandes haciendas anteriores a la reforma agraria”.
Anna Cant, de la Universidad de Cambridge, señala que el acceso de la tierra, además de formar la base para la agricultura familiar, representa una pieza clave en la distribución del poder político. Es por eso que la reforma era acompañada por iniciativas de política local, educación y difusión a través de los medios de comunicación. Además manifiesta que “hay que entender que la reforma agraria es un precedente de los alcances de la lucha social en el Perú y de lo que se puede lograr con la movilización social”.

La economía solidaria y agricultura familiar

En el Perú alrededor del 90% de todas las unidades agropecuarias, es decir, más de 2 millones de predios, pueden ser calificados como Agricultura Familiar. Ahí están incluidos, tanto la pequeña agricultura comercial como las Comunidades Campesinas y Nativas. De éstos, la gran mayoría,  un millón ochocientos mil, son de sobrevivencia, según explicó Fernando Eguren, de CEPES.

Javier Jahncke, Secretario Ejecutivo de la Red Muqui, una de las promotoras de este evento, señala que solo el 7% de las tierras a nivel nacional está dedicada a sostener la canasta familiar en el Perú, éstas dependen de la agricultura familiar, y no son protegidas por el Estado: “El Ejecutivo ha legalizado lo ilegal con los paquetazos ambientales, que promueve la inversión mediante la concertación de tierras, como es el caso del Título III de la Ley Nº 30230, se propicia un procedimiento especial para el saneamiento físico legal de predios, para proyectos de inversión pública y privada”.

Asimismo, en la conferencia se habló sobre la llamada economía solidaria. “No solamente hay economía de mercado, también hay otras economías, donde por ejemplo las comunidades juegan un rol estratégico, en el caso de Perú las comunidades campesinas, las familias, las mujeres, los jóvenes, las cooperativas, los bancos comunales; es decir, hay una infinidad  de expresiones de esto que llamamos las otras economías”, explica Luis Montoya, docente de la Facultad de Ciencias Sociales UNMSM. Añade que “en América Latina hay políticas de fomento y promoción de la economía solidaria.  Y uno de los casos que destaca es que la “economía solidaria” en nuestro país se encuentra en la provincia de Jaén, en Cajamarca, donde la producción de café orgánico a través de las redes de comercio justo, ha permitido que los campesinos de la zona se articulen a redes globales de economía. Asimismo, el especialista resalta al Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil.

“En toda América Latina y el Caribe se ha disparado la inversión (extranjera) en la tierra y la agricultura durante la última década”. Los 10 países más afectados por el acaparamiento de tierras son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, según El informe El acaparamiento de tierras en América Latina y el Caribe visto desde una perspectiva internacional más amplia, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).

Los principales detonadores de la “actual fiebre de tierras” en América Latina y El Caribe se deben a la creciente demanda mundial de alimentos, forraje  y combustible. En segundo lugar, por el incremento de la demanda de minerales y productos madereros; y finalmente debido a la crisis financiera que ha vuelto más segura la inversión en tierras.

“La historia de la región nos cuenta que el proceso extractivista  ha conducido a una generalización de la pobreza, ha dado paso a crisis económicas recurrentes, al tiempo que ha consolidado mentalidades rentistas. Todo esto profundiza la débil y escasa institucionalidad democrática, alienta a la corrupción, desestructura sociedades y comunidades locales, y deteriora gravemente al medio ambiente. Lo expuesto se complica con las prácticas clientelares y patrimoniales”, sentencia Alberto Acosta, economista y ex ministro de Energía y Minas de Ecuador, quien habla  de la “maldición de la abundancia”.

Conflictos sociales y concentración de tierras

En Perú, el 47,8% del territorio de las comunidades campesinas tienen concesiones mineras. La Defensoría del Pueblo registró en mayo de este año  211 conflictos sociales, de éstos,  143 (67,8% del total) se debieron a causas socioambientales.

Raphael Hoetmer, investigador  integrante del Programa Democracia y Transformación Global (PDTG) –Perú, sustenta que el proyecto neoliberal en el país, impulsado por el gobierno de Alberto Fujimori, implicó un proceso de “reterritorialización» en el país, con la expansión minera como una de sus lógicas principales.  El experto e integrante del grupo de ecología política de la universidad CLACSO,  afirma que la profundización del extractivismo y estas reformas han generado daños ambientales, sociales, culturales, política y de salud humano a lo largo del país como en La Oroya (Junín), Cerro de Pasco, El Callao y Choropampa (Cajamarca).

El extractivismo, considera el especialista, consiste también en la configuración de un sistema político, económico, jurídico e imaginario cultural e identitario que permita su desarrollo. Es por ello, que habla de Perú como  “gobierno minero” debido a que servicios, que son funciones propias del Estado, llegan a ser absorbidas por actores privados, como es el caso de la salud, educación  construcción de infraestructura, o la seguridad, pudiendo la policía trabajar tanto para la minera o para el Estado.

En el caso de Ecuador,  el ingeniero agrónomo Michel Laforge considera muy limitados los avances en materia de acceso del campesinado a la tierra. El país vecino presenta una elevada inequidad en la propiedad de la tierra heredado de la historia: el 5% de los propietarios concentra el 52% de las tierras agrícolas, mientras que, en el otro extremo, el 60% de los pequeños productores son propietarios del 6,4% de las tierras, según los últimos datos disponibles. Una de las principales razones que explican los pocos avances en materia agraria es debido  a que “las exportaciones no petroleras principales siguen siendo agroexportaciones (como el banano y el camarón), con una estructura productiva basada en grandes propiedades o plantaciones, que no tiene ningún interés en ver procesos redistributivos ponerse en marcha”.

Perú, de la reforma agraria a la concentración de tierras
“Cuando, en el año 1980, se puso fin a la reforma agraria nadie imaginó que 30 años más tarde en el Perú volveríamos a los tiempos de la concentración de tierras en pocas manos, sostiene el estudio “El proceso de concentración de la tierra en el Perú” realizado por el Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes). Sostienen que “las nuevas propiedades superan largamente las extensiones que tenían las grandes haciendas anteriores a la reforma agraria”.

Anna Cant, de la Universidad de Cambridge, señala que el acceso de la tierra, además de formar la base para la agricultura familiar, representa una pieza clave en la distribución del poder político. Es por eso que la reforma era acompañada por iniciativas de política local, educación y difusión a través de los medios de comunicación. Además manifiesta que “hay que entender que la reforma agraria es un precedente de los alcances de la lucha social en el Perú y de lo que se puede lograr con la movilización social”.
La economía solidaria y agricultura familiar
Javier Jahncke, Secretario Ejecutivo de la Red Muqui, una de las promotoras de este evento, señala que solo el 7% de las tierras a nivel nacional está dedicada a sostener la canasta familiar en el Perú, éstas dependen de la agricultura familiar, y no son protegidas por el Estado: “El Ejecutivo ha legalizado lo ilegal con los paquetazos ambientales, que promueve la inversión mediante la concertación de tierras, como es el caso del Título III de la Ley Nº 30230, se propicia un procedimiento especial para el saneamiento físico legal de predios, para proyectos de inversión pública y privada”.

Asimismo, en la conferencia se hablarán sobre la llamada economía solidaria. “No solamente hay economía de mercado, también hay otras economías, donde por ejemplo las comunidades juegan un rol estratégico, en el caso de Perú las comunidades campesinas, las familias, las mujeres, los jóvenes, las cooperativas, los bancos comunales; es decir, hay una infinidad  de expresiones de esto que llamamos las otras economías”, explica Luis Montoya, docente de la Facultad de Ciencias Sociales UNMSM. Añade que “en América Latina hay políticas de fomento y promoción de la economía solidaria.  Y uno de los casos que destaca es que la “economía solidaria” en nuestro país se encuentra en la provincia de Jaén, en Cajamarca, donde la producción de café orgánico a través de las redes de comercio justo, ha permitido que los campesinos de la zona se articulen a redes globales de economía. Asimismo, el especialista resalta al Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil.

Durante dos días –24 y 25 de junio- expertos analizarán el impacto que generan las reformas normativas y contra-reformas en las tierras de América Latina debido a la imposición de modelos económicos extractivistas, alterando las formas de tenencia de la tierra, este debate se dará en la Conferencia Internacional: “Las luchas sociales por la tierra en América Latina. Un análisis histórico, comparativo y global”.

El informe El acaparamiento de tierras en América Latina y el Caribe visto desde una perspectiva internacional más amplia, realizado por la FAO alerta de que “en toda América Latina y el Caribe se ha disparado la inversión (extranjera) en la tierra y la agricultura durante la última década”. Los 10 países más afectados por el acaparamiento de tierras son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay.

Los principales detonadores de la “actual fiebre de tierras” en América Latina y El Caribe se debe por la creciente demanda mundial de alimentos, forraje  y combustible. En segundo lugar, por el incremento de la demanda de minerales y productos madereros; y finalmente debido a la crisis financiera que ha vuelto más segura la inversión en tierras.

Javier Jahncke, Secretario Ejecutivo de la Red Muqui, una de las promotoras de este evento, manifiesta que en la conferencia se compartirán las experiencias sucedidas en América Latina, desde la perspectiva de las comunidades y los académicos. También se analizará la situación agrícola desde el inicio de la lucha por las tierras en América Latina, la reforma Agraria, y la inversión extranjera.

“En el Perú se están vulnerando el derecho de las tierras de las comunidades  mediante diversas leyes y decretos presentados por el propio Poder Ejecutivo, facilitando el acceso a las tierras a las empresas mineras”, señala Jahncke. “El 24% de la Población Económicamente Activa (PEA) en nuestro país, se dedican a la actividad agropecuaria. Además, solo el 7% de las tierras a nivel nacional está dedicada a sostener la canasta familiar en el Perú, éstas dependen de la agricultura familiar, y no son protegidas por el Estado: “El Ejecutivo ha legalizado lo ilegal con los paquetazos ambientales, que promueve la inversión mediante la concentración de tierras, como es el caso del Título III de la Ley Nº 30230, se propicia un procedimiento especial para el saneamiento físico legal de predios, para proyectos de inversión pública y privada”.

En la Conferencia Internacional: “Las luchas sociales por la tierra en América Latina, se abordarán se analizará los cambios históricos y actuales vividos por muchas comunidades de América Latina, desde la perspectiva del acceso y las luchas por la tierra. Tres ejes temáticos estructurarán estos aportes: Extractivismo; recursos naturales y agricultura familiar; y economía solidaria. Contará con la presencia de especialistas nacionales e internacionales, como: Sinclair Thomson, historiador y profesor en la University of New York; Alberto Acosta, economista y político ecuatoriano, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Ecuador, entre otros.

Esta conferencia es organizada por el Seminario de Economía Social, Solidaria y Popular de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; la Red Muqui – Red de Propuesta y Acción; el Ghent Centre for Global Studies de la Universidad de Gante; y el Research Foundation Flanders (FWO).

Conferencia Internacional: “Las luchas sociales por la tierra en América Latina. Un análisis histórico, comparativo y global”
Días: 24 y 25 de Junio 2015
Hora: de 9:00 a 20:00 horas
Lugar: Auditorios de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

La consulta previa genera temor entre los inversionistas, y es un temor justificado: hay un costo de oportunidad que podrían perder por la demora en la aplicación de este proceso y por la posibilidad de que la población niegue la presencia empresarial en su territorio. El temor también está en el Estado, en la medida en que no cuenta con la capacidad para atender los procesos que se están presentando.

El hecho de que haya demorado dos años en oficializarse la creación del Área de Conservación Regional Maijuna Kichwa –que forma parte de los acuerdos tomados en varios procesos de consulta– evidencia que el sistema todavía no termina de madurar. Y es que el proceso de consulta previa aún es nuevo.

Si bien fue aprobado en agosto del 2011, hasta el momento solo se ha circunscrito a 54 pueblos indígenas u originarios de  más de 1.786 (considerados en el censo del 2007 por el INEI). Estos 54 son los contemplados en la lista elaborada por el viceministerio de Interculturalidad. La mayoría de ellos se encuentra en la selva.

Iván La Negra, ex viceministro de esta cartera, indica que en la lista existe mucha ambigüedad, porque hay pueblos aimaras que están incluidos y no ve las razones por las que otras comunidades quechuas también lo estén, considerando que tienen patrones culturales definidos .

Mayu Velasco Anderson, asesor del viceministerio de Interculturalidad, indica que la lista se ha trabajado siguiendo los criterios del Convenio 169 de la OIT, que da origen al mecanismo de la consulta previa y que define un criterio subjetivo de autoidentificación de los pobladores y criterios objetivos referidos a la ancestralidad y la existencia de instituciones como la lengua o formas de organización, definidos desde antes del virreinato.

Identificar a los pueblos indígenas u originarios no es sencillo, si bien hay 3,5 millones de peruanos que aprendieron a hablar una lengua indígena, lo que da pie a que pudieron haber recibido una transmisión cultural ancestral, no hay una autoidentificación expresa de pertenecer a un grupo originario. Velasco señala que desde el censo de 1940 no se pregunta a la población si se reconoce como parte de una comunidad indígena.

Son muchas las comunidades que llegan al Ministerio de Cultura con la expectativa de que se les permita tener un proceso de consulta previa, sobre todo por la posibilidad abierta tras la promulgación de la ley. Esto es reconocido por Velasco, quien indica que  se les niega esta posibilidad por no estar contemplados en la lista.

¿Por qué no darles esa oportunidad? “Porque la consulta previa es un derecho colectivo que parte del Convenio 169, que es un convenio expresamente para población indígena. Para el resto de la población existen otros procedimientos de participación”, señala Velasco.

El director de Noticias de la Asociación de Servicios Educativos Rurales (SER), el antropólogo Javier Torres menciona que las comunidades campesinas,  más allá de que se autodenominen o no indígenas, reclaman el derecho a la consulta previa. Negarles esta posibilidad, en su opinión, no sería lo más práctico,  porque genera una desconfianza inmediata.

“Pasado el tiempo empiezan a decir: ‘me lo quieres imponer y no me quieres escuchar’.  Entonces, esto, que es para el MEM [Ministerio de Energía y Minas] un triunfo, se convierte en un búmeran, y se deben crear mecanismos ‘ad hoc’ como la  mesas de diálogo, donde el Estado y la empresa van a ofrecer recursos para que la gente acepte el proyecto”, señala.

Consulta previa: un balance a cuatro años de su creación

El ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Augusto Baertl, refleja el recelo que tienen los empresarios  a la consulta previa. Indica que la consulta es un proceso que siempre se ha dado  en el sector minero, pero no como una obligación legal, sino como una herramienta para construir confianza, que es el principal reto al momento de que las empresas tengan que intervenir.

“Con la consulta previa se ha dado por institucionalizar la consulta y se la ha convertido en un proceso burocrático que nos pone una camisa de fuerza a todos los agentes:  a la empresa, a la misma comunidad y al Estado y, obviamente, al ser una especie de requisito, intervienen personas o instituciones con intereses ajenos a los de la comunidad, lo que genera tropiezos. Para mí la consulta siempre se  ha hecho”, señala.

La Negra indica que hay un desconocimiento de este instrumento de la OIT. No es la primera vez que hay temor a algo nuevo en el sector minero, señala, pues lo  mismo ocurrió  en los 90 con la exigencia inicial de los estudios de impacto ambiental, donde las empresas le pusieron ‘peros’ y se derogaron, pero después nuevamente se tuvieron que implementar hasta que se consolidaron.

“En este caso no es un instrumento, es un derecho. En tal sentido es legítimo que las comunidades lo exijan”, señala.

PROCESOS EXITOSOS

Para La Negra, el temor respecto a este instrumento es infundado, más aun porque hasta el momento no se ha dado una oposición ‘per sé’ de las comunidades consultadas por los proyectos de inversión, citando los casos llevados adelante por Perú-Petro.

En efecto, la agencia de promoción de las inversiones en el sector hidrocarburos ya ha desarrollado con éxito cinco procesos de consulta previa y tiene dos en camino. El presidente de esta organismo, Luis Ortigas, explica que en estos procesos las comunidades buscan informarse bien y exponer sus necesidades para que estas sean resueltas por el Estado.  Ortigas indica que para las poblaciones que no pueden acceder a la consulta previa, se desarrollan talleres y audiencias públicas para informarles acerca de las inversiones que se desarrollarán en la zona.

El consultor en temas sociales mineros, Ricardo Labó, refiere que la consulta previa no se ha aplicado en su sector, porque el Estado no tiene los recursos adecuados y este no se puede implementar de la noche a la mañana.

El especialista menciona que cuando las mineras tienen una relación exitosa con sus comunidades es porque tienen mecanismos de consulta permanente, tal y como indica Baertl. ¿Entonces a qué se debe  el temor de ampliar el proceso de consulta previa, si las empresas ya hacen consulta y es casi lo mismo?

Para Torres se trata de un mecanismo sencillo, porque finalmente no hay derecho a veto. Pero sí lleva a resultados. “Para explicarlo sencillamente: si la consulta es A, el resultado no puede ser lo mismo, sino A+1, A+2, o A-1”, indica.

Asimismo, el asesor del viceministerio de Interculturalidad, Mayu Velasco, explica que los acuerdos en los procesos de consulta son vinculantes, porque el objetivo de la consulta previa es llegar a acuerdos  que el Estado debe cumplir. Sin embargo, la mayor variante frente a otros procesos es que en la consulta previa los pueblos pueden solicitar el inicio de este proceso, en los otros no.

 

Fuente: El Comercio

Southern Copper, uno de los mayores productores mundiales de cobre, es probable que extienda por más tiempo la pausa que puso a su proyecto Tía María de US$ 1,400 millones, en sus intentos por lograr el apoyo de la población, dijo la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz.

En una entrevista con Reuters, Ortiz afirmó asimismo que espera que el proyecto de Southern Copper inicie su desarrollo antes de que concluya la gestión del presidente Ollanta Humala en julio del 2016.

“Yo creo que la empresa ya lo tiene claro desde hace tiempo que tiene que hacerlo”, afirmó Ortiz a la pregunta de si la minera debería ampliar la pausa que vence a mediados de julio.

Southern Copper, controlada por el Grupo México , anunció a mediados de mayo que haría una “pausa” al desarrollo de Tía María para despejar dudas de la población, que rechaza el plan por temores a la contaminación y a que la minera use sus fuentes de agua destinadas para la agricultura.

Aunque las manifestaciones contra Tía María dejaron cuatro muertos y cientos de heridos, Ortiz dijo que la protesta no es otro Conga, un proyecto aurífero de US$ 5,000 millones de la estadounidense Newmont Mining y la peruana Buenaventura que está paralizado en Perú.

“Creo que Tía María no está al nivel de lo que fue Conga, porque Conga implicaba un desplazamiento de lagunas, se cerraba lagunas para hacer reservorios, eso genera en la gente demasiados temores y el impacto es mucho mayor”, afirmó Ortiz.

La ministra afirmó que espera que el desarrollo de Tía María comience en un año, si la compañía trabaja estrechamente con las comunidades para despejar dudas sobre su impacto ambiental.

“Tía María todavía está en un proceso en donde creo que se puede abrir un diálogo (…) Sí le puedo decir que antes de que se concluya el Gobierno del presidente Humala ese proyecto puede estarse iniciando si las tres partes ponemos de nuestra lado”, afirmó.

Por otra parte, Ortiz dijo que espera que Perú registre una recuperación en su producción de metales como el cobre, plata, zinc y oro para este año y el 2016.

La producción de cobre crecería este año un 13 por ciento, a 1,56 millones de toneladas; mientras que el próximo año saltaría un 66 por ciento, a 2,58 millones de toneladas, comentó.

La producción de oro y plata aumentaría este año un 13% cada una, a 5.07 millones de onzas y 137.6 millones de onzas finas respectivamente, estimó.

Para el próximo año, la extracción del oro crecería un 8%, a 5.48 millones de onzas, mientras que la de plata se elevaría en un 14%, a 156.9 millones de onzas finas.

En tanto, la producción de zinc crecería un 18% este año, a 1.56 millones de toneladas, mientras que el próximo año se mantendría estable.

Perú es el tercer abastecedor mundial de cobre, plata y zinc y el sexto de oro. La minería es clave para su economía porque sus envíos representan el 60 por ciento de las exportaciones totales.

Fuente: Gestión

Cuando renunció a la oficina de diálogo de la PCM, en diciembre del 2014, la resolución que oficializó su salida no tuvo la protocolar frase con la que el gobierno agradece a sus funcionarios por sus servicios prestados a la nación. Ese detalle incrementó el rumor sobre desencuentros entre el que era jefe de la oficina que dirige las políticas de prevención de conflictos y la entonces primera ministra Ana Jara. Tras seis meses de silencio, Vladimiro Huaroc dice que hubo intereses políticos que bloquearon su trabajo en Tía María y en Conga, y lanza críticas a las nuevas estrategias para enfrentar la conflictividad social.

— Se especuló mucho sobre los motivos de su renuncia a la PCM. Se dijo que tomó la decisión por sus desacuerdos con Ana Jara. ¿Qué sucedió?
Me retiré después de dos años y medio convencido de que ya no había posibilidades de implementar más estrategias de diálogo y prevención para la conflictividad social; convencido de que en la gestión de Ana Jara había indiferencia para tratar estos temas, una pérdida de perspectiva en relación con lo delicado y complejo que puede ser un conflicto social.

— Lo que afirma es grave, sobre todo si recordamos que días antes de su renuncia murió una persona en Cusco por el conflicto de La Convención. ¿Dice que el mal manejo del conflicto fue culpa de Jara?
Fue culpa de la falta de lectura política en relación con los conflictos sociales. Es importante la prevención en la etapa de desarrollo del conflicto, y esa era nuestra tarea: conversar y canalizar sus demandas, pero las soluciones no dependían de nosotros sino de otros sectores y de decisiones políticas que asumía el primer ministro.

— ¿Tuvo oportunidad de conversarlo con ella en persona?
Pese a que el diálogo entre la ONDS  y el primer ministro es fundamental, y debería ser diario y permanente, durante los cinco meses que estuve a cargo en su gestión no tuve oportunidad de explicarle a profundidad nuestro modelo de trabajo.

— ¿No quiso recibirlo?
Quizá no tuvo tiempo o probablemente tenía otras prioridades. Esto me desanimó muchísimo, me hizo pensar que no había condiciones ni el respaldo suficiente, y preferí retirarme. Lamentablemente, poco tiempo después empezó a desintegrarse la oficina.

Lea la entrevista completa en la edición impresa de El Comercio

 

Fuente: El Comercio